Estados Unidos rechazó el viernes el requerimiento de Irak para empezar a discutir la retirada de sus 5.200 soldados desplegados en el país, después de la muerte de un alto general iraní en Bagdad en un ataque con dron un estadounidense.
Molesto por el asesinato, visto como una violación de la soberanía iraquí y como una manera de volver a sumir a su país en una guerra, el primer ministro de Irak, Adel Abdel Mahdi, pidió el jueves al secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, que envíe una delegación para empezar los preparativos del retiro de sus tropas.
Por su parte, el Departamento de Estado de EE.UU. respondió que está listo para “una conversación”, pero no para sacar a sus soldados.
“En este momento, cualquier delegación enviada a Irak se encargaría de discutir la mejor manera de revalidar nuestra asociación estratégica, no de discutir un retiro de tropas, sino nuestra fuerza adecuada y correcta en Oriente Medio”, dijo la portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus.
“Queremos ser amigos y socios de un Irak soberano, próspero y estable”, añadió Ortagus al referirse a Estados Unidos como “una fuerza para el bien”.
El presidente Donald Trump ha considerado que la invasión a Irak en 2003 fue un error y en el pasado ha dicho que el despliegue de tropas en ese país y otros lugares es un despilfarro.
Sin embargo, el mandatario respondió enfadado a las peticiones de Irak de sacar a las tropas de Estados Unidos del país, incluso amenazó con sanciones a un país que ha promovido como un socio estadounidense.
Pompeo dijo a reporteros que la misión de los soldados de Estados Unidos en Irak “es muy clara”, y está relacionada con el entrenamiento de las fuerzas militares locales y la lucha contra el grupo extremista Estado Islámico.
Iraquíes toman las calles
El Parlamento de Irak votó el domingo para retirar la invitación a tropas extranjeras, ante la furia de los líderes de ese país por el ataque con dron ordenado por Estados Unidos el 3 de enero pasado en Bagadad, que causó la muerte del general más destacado de Irán, Qasem Soleimani.
El primer ministro provisional, Adel Abdel Mahdi, en su llamada a Pompeo, “solicitó que se enviaran delegados a Irak para establecer los mecanismos de implementación de la decisión del parlamento para la retirada segura de las fuerzas (extranjeras) de Irak”, dijo su oficina en un comunicado.
Pero el primer ministro está en una posición débil, al permanecer en el poder en calidad de actor, más de un mes después de haber renunciado ante las manifestaciones masivas.
Los manifestantes tomaron nuevamente las calles para protestar por la influencia de Estados Unidos e Irán.
“¡Al diablo con Irán! ¡Al diablo con Estados Unidos!”, gritaron en la emblemática plaza Tahrir, en plena capital, todavía llena de carpas instaladas hace tres meses.
Temiendo que su movimiento fuera eclipsado por la guerra, activistas difundieron en los últimos días convocatorias en redes sociales para protestas masivas este viernes 10 de enero o 01/10, que marcaron la fecha inversa a las primeras protestas del 1 de octubre 10/01.
Los manifestantes de la ciudad santa chiíta de Karbala se enfrentaron durante la noche con las fuerzas de seguridad y otros fueron arrestados el viernes en Basora.
“Al relanzar las protestas, mostramos nuestro compromiso con las demandas de la revolución de octubre: que nuestros líderes dejen de monopolizar los recursos de nuestro país”, dijo Haydar Kazem, mientras se manifestaba en Nasiriyah.
Entre EE.UU. e Irán
La invasión estadounidense que derrocó al dictador Saddam Hussein provocó un derramamiento de sangre en todo el país y permitió una creciente influencia del némesis de Saddam, Irán, que, al igual que Irak, tiene una mayoría musulmana chiíta.
Después de una retirada ordenada por el expresidente Barack Obama, las tropas estadounidenses fueron invitadas en 2014 por Irak para ayudar a derrotar al grupo extremista EI.
Pero bajo el presidente Trump, Irak se ha convertido cada vez más en un campo de batalla entre Estados Unidos e Irán, que también ha luchado contra el EI.
Milicias chiítas iraquíes respaldadas por Irán lanzaron misiles esta semana contra las bases estadounidenses en Irak, mientras que la administración Trump intenta presionar a Irán con fuertes sanciones económicas.
Trump ha pedido que la OTAN se involucre más en Oriente Medio, un movimiento para impulsar el apoyo internacional a sus acciones contra Irán.
Pompeo, sin dar más detalles, dijo que una delegación de la OTAN estaba manteniendo conversaciones el viernes en Washington sobre “el reparto de la carga en la región”.