Avanza en Bolivia un acuerdo político para convocar nuevas elecciones que no contempla la participación del expresidente Evo Morales, quien tras autoproclamarse ganador de los comicios de octubre desencadenó una convulsión social y política en el país.
“Hemos avanzado un 95 % del acuerdo y estamos haciendo un gran esfuerzo de avanzar lo más rápido posible con todas las fuerzas políticas para llamar a elecciones”, indicó el senador Omar Aguilar del Movimiento Al Socialismo (MAS), partido de Morales.
Desde la oposición, la senadora Shirley Franco explicó que se definió que Morales y el ex vicepresidente Álvaro García Linera no están habilitados para participar ya que se hará respetar el resultado del referendo de 2016 en el que expresidente perdió la posibilidad de reformular la constitución para postularse a un cuarto mandato.
Aguilar prefirió no referirse sobre el tema en nombre de su partido, pero dijo que Morales no debería participar.
Por su parte, el senador del MAS, Efraín Chambi, también expresó “que se deberá hacer cumplir la constitución” y que no se debe politizar el tema para que la negociación pueda llegar a un acuerdo definitivo. Además, indicó que se espera tener este sábado el proyecto de ley.
“Espero que de una vez haya un consenso para darle certidumbre al país y que se pacifique y podamos llamar a alecciones lo antes posible”, indicó Jeanine Áñez, presidenta interina de Bolivia.
La mandataria encargada explicó que sus 10 días en el gobierno han sido muy difíciles por las fuertes protestas con bloqueos que provocaron escasez de alimentos y combustible sobre todo en La Paz, donde está la sede del gobierno.
“Les pido por favor permitan que bajen el combustible, los alimentos. La Paz no se merece esto”, indicó Áñez, quien poco después pidió ayuda a la comunidad internacional para garantizar la pacificación del país.
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Las Naciones Unidas, la Unión Europea, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Iglesia católica han hecho un llamado al acercamiento de todas las partes.
El cardenal Toribio Ticona pidió al pueblo boliviano deponer los actos de violencia y que sea el diálogo el camino de salida a la crisis.
Precisamente, en un mes de conflicto han muerto 30 personas, entre ellas dos policías, en medio de los enfrentamientos con la Fuerza Pública.
Evo Morales renunció el 10 de noviembre alegando un “golpe de Estado” tras quedar cercado por las protestas contra un supuesto fraude electoral y perder el apoyo de la policía y los militares. Desde entonces, se encuentra en condición de asilado en México desde donde ha venido rechazando la represión contra el pueblo.
Una auditoría de la OEA corroboró las irregularidades en las elecciones del 20 de octubre y recomendó nuevos comicios.
En las protestas callejeras de los partidarios de Morales ya no se escuchan voces a favor del regreso del exmandatario: ahora piden la renuncia de Áñez por las muertes de manifestantes y el uso de militares para reprimir las manifestaciones.
La planta de combustible que surte a La Paz y El Alto, donde el martes murieron ocho personas cuando policías y militares rompieron el cerco para sacar camiones cisterna y abastecer a ambas ciudades, sigue rodeada por manifestantes que exigen la renuncia de Áñez.