“No murió como héroe, murió como un cobarde, llorando, gimiendo y gritando”, fue lo que dijo el presidente de EE.UU. Donald Trump, cuando anunció la muerte del hombre que era líder del temido Estado Islámico.
Según lo informó el mismo Trump, Estados Unidos tenía vigilado a Abu Bakr al-Baghdadi desde hacía varias semanas. Su ubicación estaba perfectamente establecida y todos sus movimientos estaban controlados por los diferentes equipos de inteligencia que llevaron adelante el exitoso operativo.
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Por la cabeza de este hombre, reconocido como el terrorista más buscado del mundo, se ofrecía una recompensa de 25 millones de dólares. Desde hacía un par de años, cuando el Estado Islámico perdió el control de amplios territorios, en Siria e Irak, Al Baghdadi paso de ser un autoproclamado califa a ser un prófugo.
Este hombre sabía que las fuerzas antiterroristas estaban sobre él. El golpe lo recibió el pasado 26 de octubre, cuando un grupo de al menos 60 hombres del ejército norteamericano bombardearon su casa y lo persiguieron en tierra hasta lograr su muerte en Barisha, al noroeste de Siria,cerca de la frontera con Turquía.
Así fue el operativo para darle de baja al líder del Estado Islámico
Después de que los rangers norteamericanos entregaron el positivo, sobre la ubicación de Al Baghdadi en la vivienda, pasaron 48 horas para atacarlo. Fue el momento para culminar varios años de una constante labor de inteligencia.
El presidente Trump, desde la Casa Blanca, dio luz verde para iniciar el operativo, que llamaron Kayla Mueller, en honor a una activista humanitaria estadounidense que fue asesinada por el terrorista Al-Baghdadi.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 27, 2019
Mientras que los soldados se abrían paso en el escondite secreto del extremista más buscado del planeta, el mandatario norteamericano seguía, en tiempo real, los pasos de sus soldados desde un monitor ubicado en la Sala de Operaciones en el sótano del Ala Oeste de la Casa Blanca.
Luego de impartir la orden para iniciar la cacería del terrorista, varias aeronaves estadounidenses, en su mayoría helicópteros CH-47, despegaron desde la base aérea de Al-Asad, ubicada en el oeste de Irak.
En medio de la noche los helicópteros volaron a baja altura y a gran velocidad. Las fuerzas especiales de Estados Unidos iban rumbo a Siria, exactamente al complejo donde se escondía desde hacía varios días Abu Bakr al-Baghdadi.
Lo primero que los soldados hicieron fue abrir un agujero en un costado del edificio. Temían que la entrada estuviera conectada con explosivos.
Al primer ataque de las fuerzas de Estados Unidos, el líder terrorista huyó hacia una red de túneles y escondites. El extremista, que tenía puesto un chaleco con explosivos, llevaba con él a tres de sus hijos.
Según el presidente Trump, mientras las tropas y las unidades caninas se acercaban a él, Baghdadi “gimió, lloró y gritó todo el camino”.
El mandatario también relató que el terrorista, al llegar a un lugar donde no pudo avanzar más, porque los bombardeos habían dañado su ruta de escape, activó el chaleco y se inmoló junto a sus pequeños hijos.
El cuerpo del líder del Estado Islámico quedó mutilado por el estallido. El túnel se derrumbó sobre él y quedó sepultado. Para encontrar y rescatar sus restos, los soldados tuvieron que cavar entre los escombros.
“No había mucho de él…Pero había partes importantes que trajeron de regreso”, indicó Trump.
Las fuerzas especiales estaban preparadas para identificar el cuerpo de Al Baghdadi. El equipo de especialistas, que llevaban muestras del ADN del terrorista, practicaron los exámenes genéticos correspondientes.
Luego de 15 minutos de hallar el cuerpo, las unidades militares confirmaron que el hombre inmolado era efectivamente Abu Bakr al-Baghdadi.
Después del ataque, las tropas permanecieron un par de horas en el complejo y según lo indicaron fuentes oficiales, recuperaron importante material sobre el grupo terrorista, incluyendo información sobre próximos ataques.
Una vez que las tropas estadounidenses se retiraron del lugar, los aviones de combate dispararon seis cohetes contra la estructura para derribarla por completo.
En horas de la noche del sábado el presidente Trump tuiteó: “¡algo muy grande acaba de suceder!”, mientras que el portavoz de la Casa Blanca Hogan Gidley anunció que el mandatario daría una “importante declaración” la mañana del domingo.
Al día siguiente, desde la Sala Diplomática de la Casa Blanca, Donald Trump le dijo al mundo “Abu Bakr al-Baghdadi está muerto”.
Muere el sucesor
El presidente Donald Trump también confirmó este martes que el portavoz del Estado Islámico (EI), Abu Hasan al Muhayir, que sería el sucesor de al Bagdadi, también murió en un operativo de las fuerzas estadounidenses.
“Acabo de confirmar que el favorito para reemplazar a Abu Bakr al Bagdadi ha sido aniquilado por las tropas estadounidenses. Lo más probable es que hubiera asumido el liderazgo del EI, ¡y ahora también está muerto!” confirmó Trump en su cuenta de Twitter.
Just confirmed that Abu Bakr al-Baghdadi’s number one replacement has been terminated by American troops. Most likely would have taken the top spot – Now he is also Dead!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 29, 2019
Esta noticia se confirma tras la neutralización del líder del Estado Islámico, Abu Bakr al Bagdadi, el pasado sábado, en dos operaciones adelantadas por las fuerzas estadounidenses en conjunto con las Fuerzas de Siria Democrática (FSD) en medio oriente.
“Las dos operaciones lideradas por EE.UU. han desmantelado de forma efectiva la cúpula del EI que se escondía en el noroeste de Siria. Hay más que aún se esconden en la misma área”, indicó Mustafa Bali, portavoz de las FSD en su cuenta de Twitter.
De acuerdo con las autoridades, Al Muhayir estaba casado con la hija de Al Bagdadi y se le consideraba “uno de los posibles sucesores” del cabecilla del Estado Islámico tras el duro golpe propinado por las fuerzas militares estadounidenses.