El director del Observatorio Electoral Venezolano, Luis Lander, explicó este miércoles el periodo de la Asamblea Nacional culmina a finales de 2020, ya que su lapso es de cinco años. Por ende, debería juramentarse una nueva directiva del Parlamento el 5 de enero de 2021 y antes de eso, debe ir a un proceso electoral.
Indicó que “si se respetara la tradición histórica” de convocatoria a elecciones, deberían hacerse a finales de año “más concretamente en la primera quincena del mes de diciembre del año 2020” y si no se hace, “habría que reclamarla” porque se violarían las leyes. Pero además, el evento de mayo de 2018, unas elecciones “de manera adelantada” y convocada de forma apresurada por la cuestionada Asamblea Nacional Constituyente, trae consigo algunos puntos a considerar, señaló a César Miguel Rondón.
Señaló que de “todas las elecciones presidenciales”, la del 20 de mayo de 2018 “es la que ha tenido la mayor abstención”.
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Subrayó que los venezolanos “se emocionan mucho” con los procesos electorales y que por lo general, la abstención es muy baja, “si la comparamos con la de otros países”. Sin embargo, señaló que los comicios del 20 de mayo de 2018, donde Nicolás Maduro habría conseguido ratificarse como mandatario, la abstención fue más del 50%, lo que en Venezuela representa una “cifra astronómica”.
Explicó que “una parte importante” de la abstención en esa oportunidad, el voto no ejercido “no fue por indiferencia, no fue por apatía, sino que fue como un voto manifestando claramente que se estaba en desacuerdo con las condiciones en las que esas elecciones se realizaron”.
Además, manifestó que existe un conjunto de irregularidades que acompañaron este proceso como la convocatoria por quien no corresponde, falta de auditorías, entre otras cosas, que propició que varias ONG especializadas en DDHH introducir una demanda de nulidad de esas elecciones ante la Sala Constitucional del TSJ.
“Por supuesto que no esperábamos que el TSJ nos diese una respuesta distinta a la que nos dio, pero estas cosas son importante tenerlas para que en la historia esté registrada esa irregularidad”.
Un sector de la población y varios países del mundo aseguran que ese proceso electoral debe volver a realizarse “porque fue una muy mala elección”.
Respecto a la designación de un nuevo CNE, propuesto por los representantes del Ejecutivo y un sector cuestionado de la oposición, Lander dijo no saber cuáles son los nombres propuestos pero recordó que existen informaciones extraoficiales que aseguran la intención de la actual presidenta de ese organismo, Tibisay Lucena, de dejar ese cargo.
Sin embargo, “uno no negocia con quien quiere, sino uno negocia con quien tiene que negociar” y por ende, sugirió que la Asamblea Nacional podría emular el ejemplo del chavismo y escoger algunas personalidades del Ejecutivo y decir que estaría negociando con ese sector.
La negociación de esos sectores, oficialismo y los partidos minoritarios, “no hay que negarla de plano” porque a su juicio, habría que verla como “además de” y no “en vez de” porque si se pretende que esas reuniones llegará a la designación de un CNE “que sea aceptado por la mayoría de la población y por la comunidad internacional, es claramente una ilusión que no se va a cumplir”.
Si se quiere lograr un CNE que sea aceptado por todos y reconocido por la comunidad internacional, “obviamente la negociación tiene que ser entre el oficialismo y la oposición representada por la Asamblea Nacional y si a eso se agregan los partidos minoritarios, mejor. Mientras más gente se agrupe en ese acuerdo, mejor”.