Un grupo de científicos ha podido identificar que el hongo asiático Batrachochytrium dendrobatidis (Bd), que viene exterminando a los anfibios de todo el mundo, ha llegado a las tierras bajas de la Amazonía peruana en donde se ha identificado su presencia en 80 especies de ranas tropicales.
El hongo, también conocido como ‘quítrido’, causa una enfermedad en la piel que desde hace 40 años está aniquilando las poblaciones de anfibios del planeta, especialmente a los que viven en zonas altas de clima frío, como las regiones montañosas del oeste de Norteamérica, América central, Sudamérica y Australia.
Los expertos consideraban que este hongo no podía vivir en las zonas cálidas como las tierras bajas tropicales pero ahora un grupo liderado por la Universidad de Michigan (EE.UU.) reveló que el Bd ha infectado a más de 80 especies de ranas en tres puntos de la Amazonía peruana.
De acuerdo con el estudio, las ranas de la Amazonía tenían niveles muy altos de infección por Bd pero no mostraban signos externos de la enfermedad como el enrojecimiento y la caída de la piel o el letargo.
“Muchos biólogos pensaron que no tenían que preocuparse de que este hongo infectara a las ranas en las tierras bajas cálidas, pero ahora sabemos que estas ranas pueden albergar altos niveles de infección por hongos sin morir o incluso sin enfermar”, indicó Imani Russell, autor principal del estudio.
Ver más:Rescatan a una cobra real de más de cuatro metros en una alcantarilla en Tailandia
Signos de preocupación
Los investigadores destacaron que este estudio puede ayudar a los biólogos a adaptar mejor sus estrategias de gestión para frenar la disminución de la población de ranas en todo el mundo, para lo cual es necesario seguir adelantando investigaciones con el objetivo de identificar más patrones de la enfermedad.
El estudio pudo concluir que entre el 24 % y el 46 % de los individuos estaban infectados con Bd, con hasta 105 esporas de hongos por rana. Además, las cargas de infección por encima de los 10.000 esporas se denominan hiperinfecciones y se cree que son las más propensas a causar efectos nocivos en las ranas y reducir sus poblaciones.
“Buscamos factores que pudieran explicar las tasas de infección observadas pero no encontramos una relación clara entre qué especies estaban infectadas, en qué ambientes vivían y por qué eran tan altas sus cargas de infección porque Bd parecía estar en todas partes”, explicó Davis Rabosky, investigadora de la Universidad de Michigan.
Finalmente, los científicos destacaron que estos resultados serán valiosos para trabajar en modelos de riesgo de la enfermedad, predicciones sobre su evolución y posibles brotes, con el objetivo de identificar los patrones del hongo en cada una de las especies y en diversos ecosistemas del planeta.