Un grupo de científicos instalaron una cámara en un águila de cola blanca con el objetivo de observar lo que está pasando en los glaciares de los Alpes con el calentamiento global, a medida en que el ave sobrevuela por la zona.
“Las imágenes serán impactantemente hermosas pero también serán una muestra de las consecuencias funestas que depara el futuro. Con esta cámara se capturarán las imágenes de magníficos glaciares que ahora se están derritiendo debido al calentamiento planetario”, indicó la Fundación Eagle Wings.
El águila de nombre Victor voló por cinco países alpinos (Suiza, Alemania, Austria, Italia y Francia) despegando en la cumbre de los 5 glaciares más bellos de los Alpes para regresar lo más rápido posible a su cetrero que lo estará esperando en el pie de la montaña.
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En ese sentido, se espera que el espectacular punto de vista del animal le ayude a los expertos a evaluar las consecuencias de la contaminación en estos ecosistemas, pero también a crear conciencia sobre lo que viene ocurriendo en el planeta para que las personas y líderes decidan tomar acciones para combatir sus efectos.
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Por su parte, su adiestrador destacó que su mayor objetivo con este tipo de pruebas es que el mundo pueda visualizar el panorama tal y como lo ve un águila para que también se ayude a convencer a las personas de la importancia de proteger a las aves y sus entornos.
“La humanidad tiene dos sueños: nadar con delfines y volar con águilas. Esta es la primera vez que realmente montaremos sobre la espalda de un águila a tal distancia y con estas panorámicas y ver cómo vuela”, indicó Jacques-Olivier Travers, experto en halcones y fundador de Freedom Conservation.
El águila de 9 años emprendió el vuelo desde el pico del monte suizo Piz Corvatsch con una cámara de 360 grados montada en su espalda y un localizador satelital GPS para seguir su recorrido y terminó la prueba en Francia el pasado 8 de octubre.
Sin embargo, las condiciones climáticas fueron un factor determinante para el cronograma de la prueba ya que durante cada vuelo, el ave tuvo que volar entre 3 a 5 kilómetros y descender de los 3.000 metros a 1.500 metros en busca de Travers.
“No tengo un control remoto. Si él no me veía o decide no acercarse, podría irse a donde sea. Es por eso que los vuelos dependen del tiempo. Si la visión de Victor se oscurece por las nubes no vendrá y era esencial que me vea”, destacó Travers.
Finalmente, la fundación Eagle Wings explicó que el sistema montañoso de los Alpes son en la actualidad más cálidos y se estima que la temperatura del aire cerca de la superficie ha aumentado en aproximadamente 2° en los últimos 150 años.