Un grupo de científicos lograron fecundar 7 de los 10 óvulos extraídos de las últimas dos hembras de rinoceronte blanco del norte, ‘Najin’ y ‘Fatu’, que quedan el el planeta, con los que se busca salvar a esta especie de la extinción.
El Servicio de Conservación de la Fauna de Kenia (KWS) explicó que los óvulos fueron artificialmente inseminados con esperma congelado de dos machos, ‘Suni’ que murió en 2014, y ‘Sudan’, el último rinoceronte blanco macho que había y que tuvo que ser sacrificado en 2018 por un grave enfermedad.
El proceso de maduración y fertilización fue completado en un laboratorio italiano y eran pasos cruciales para obtener potencialmente embriones viables que luego puedan ser transferidos a “madres de alquiler” de rinoceronte blanco del sur.
En la operación de extracción, realizada por primera vez en la historia el pasado viernes en la reserva keniana de Ol Pejeta (donde viven las dos hembras), se había conseguido un total de 10 óvulos inmaduros, por lo que los científicos se han mostrado satisfechos con los resultados logrados.
“Estamos sorprendidos por la alta tasa de maduración conseguida dado que no vemos una tasa tan alta, comparable a la que conseguimos con ovocitos (precursores inmaduros de los óvulos) de caballos, con las hembras de rinoceronte blanco del sur en los zoológicos europeos”, señaló Cesare Galli, líder del procedimiento de fecundación realizado en Cremona (Italia).
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De acuerdo con el experto, los óvulos inseminados pasarán por un proceso de incubación y se espera que alrededor del próximo 10 de septiembre se anuncie si se lograron embriones desarrollados como para ser criopreservados y posteriormente transferidos para la gestación.
Los procedimientos científicos han sido el resultado de varios años de investigación y práctica dentro del programa internacional ‘BioRescue’.
De acuerdo con los expertos, las dos hembras fueron trasladadas a Kenia desde la República Checa en 2009 junto a dos machos, Suni y Sudán, con la esperanza de que su procreación fuera estimulada por el hecho de encontrarse en su hábitat natural.
Sin embargo, el proceso fue fallido después de varios intentos y se descubrió que las dos hembras no podían quedar embarazadas. Además, tras la muerte de los dos únicos machos los científicos decidieron congelar su esperma para una futura reproducción asistida.
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Frente a este escenario varias entidades de conservación y institutos científicos emprendieron un proyecto con el objetivo de salvar a esta especie del peligro de extinción, en el que se tienen puestas todas las esperanzas para preservar a estos rinocerontes.