En el editorial de este martes, César Miguel Rondón analiza el mundo de los presos políticos desde el punto de vista de los familiares, quienes han tenido que cambiar su rutina completa y establecerla alrededor de ese ser querido que se encuentra privado de libertad arbitrariamente.
Los tres casos expuestos: Juan Requesens, Vasco Da Costa y Roberto Marrero, revelan cómo tres familias distintas han tenido que sacar una capacidad adaptativa a la difícil situación por la que atraviesan.
“Cuando un miembro de una familia está preso, toda la familia esta detenida. Como detenida en el tiempo, como aguantando la respiración, esperando que algo bueno por fin suceda”.