La oposición en Argelia reclamó el domingo 21 de julio la liberación de presos políticos, la salida del poder de las figuras del régimen y el acceso a los medios de prensa, como condiciones para aceptar el diálogo político propuesto por las autoridades.
“Ninguna iniciativa política y ningún diálogo son posibles sin la satisfacción” de ciertas “exigencias”, estimaron los partidos opositores en un documento conjunto.
El presidente interino Abdelkader Bensalah, quien ha estado en el poder desde la renuncia de Abdelaziz Buteflika el 2 de abril, propuso a principios de julio un diálogo nacional para preparar las elecciones presidenciales en las que no participarían las actuales autoridades ni el ejército.
La oposición y los manifestantes, que inicialmente exigieron la salida de Buteflika y ahora la de sus antiguos fieles aún en el poder, rechazan que los miembros del antiguo régimen organicen la presidencial.
Estos partidos de oposición, que establecieron el 26 de junio un “Pacto político para una auténtica transición democrática”, incluyen el Frente de Fuerzas Socialistas (FFS, el partido de oposición más antiguo, con 14 diputados sobre una cámara de 462), el Partido de los Trabajadores. (PT, extrema izquierda, 11 diputados) y el Reencuentro por la Cultura y la Democracia (RCD, partido laico, 9 diputados).
Los partidos de oposición, la sociedad civil y los observadores esperan ver cómo la propuesta de diálogo se materializará, ya que no se ha avanzado ningún nombre, informó AFP.
A mediados de junio, un centenar de organizaciones de la sociedad civil argelina pidieron una “transición de seis meses a un año máximo” liderada por una o más personalidades consensuales.
El Foro Civil para el Cambio (FCC), había propuesto el miércoles 17 de julio una lista de 13 personalidades para encontrar una salida a la crisis política, incluidos ex líderes, como los dos ex primeros ministros Mulud Hamruche y Mokdad Sifi, además de abogados y activistas de derechos humanos.
La iniciativa fue bien acogida por el presidente Bensalah, pero varias de las personalidades propuestas por el FCC reclamaron la libertad de los presos de conciencia y la apertura a la oposición de los medios de comunicación antes de aceptar.