Carlos Scull, embajador venezolano en Perú, designado por el jefe del Parlamento, Juan Guaidó, reconocido por más de 50 países como presidente encargado, evalúa la posibilidad de solicitar al gobierno peruano y chileno un decreto de vulnerabilidad para que mayores de 60 años, mujeres embarazadas o con niños y menores de edad puedan ingresar sin necesidad de visa o pasaporte.
Afirma que la prioridad es mayor presencia de las autoridades migratorias y organizaciones con fines humanitarios en la frontera, particularmente en la localidad de Tacna (frontera con Chile), donde se encuentran al menos 112 familias en las cercanías del consulado chileno.
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“Desde que se aprobó el visado en Chile, había una gran cantidad de personas en tránsito dentro de territorio peruano para pasar a Chile. Esa medida fue de un día a otro y un gran numero de personas se quedó estancado en Tacna, al sur; muchos requisitos se les hacía difíciles de conseguir, no tenían pasaporte o no portaban los antecedentes apostillados”, relató.
En el programa En Conexión con César Miguel Rondón, Scull llama la atención de la situación vulnerable de los connacionales en esta zona fronteriza, porque la gran mayoría duerme en carpas en las afueras del consulado, “hay presencia de las autoridades locales y lo que se analiza es dónde se pueden reolocalizarlos mientras realizan las gestiones”.
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Actualmente más de 830 mil venezolanos se encuentran en Perú. Es el segundo país, después de Colombia, con más colonia venezolana, 80 % está localizado en Lima.
“Casi 50 % de la población venezolana en Perú tiene titulo universitario técnico, mucho profesional trabaja en economía informal, más de 80 % no tiene contrato; pero el gobierno ha mostrado interés en buscar la forma de incorporarlos en el ámbito laboral”.
Con respecto a los actos de xenofobia, Scull expresó que han solicitado a los organismos pertinentes las investigaciones de cada caso conocido, además de que exhorta a que se cree una campaña de concientización y sensibilización no solo al gobierno central y local de esa nación.
“La migración venezolana no es enemiga, no viene a hacer daño ni a quitarle trabajo a nadie, son personas que huyen de una crisis tremenda y necesitan y buscan una oportunidad para trabajar”.