Cientos de manifestantes destrozaron las barreras y las puertas del edificio del Parlamento e ingresaron por la fuerza, tras pasar más de cuatro horas intentando echar abajo la entrada del edificio con barras de acero, ladrillos o piedras.
En las cercanías de la sede parlamentaria, donde más de 10.000 personas llevaban varias horas concentradas esperando a que destruyesen las puertas, no había presencia policial, pese a que las autoridades habían negociado con los organizadores de la protesta que el recorrido de la manifestación no pasara por la zona en cuestión.
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Tampoco había efectivos policiales dentro de la sede parlamentaria, donde muchos de los manifestantes descargaban su ira rompiendo el mobiliario y haciendo pintadas, según la agencia EFE.
Los agentes que se encontraban dentro del edificio se retiraron en cuanto entraron los manifestantes.
La irrupción en el Consejo Legislativo se produjo tras la multitudinaria manifestación en el que se conmemoraba el vigésimo segundo aniversario del traspaso a China de la soberanía sobre Hong Kong por parte del Reino Unido.
La citada marcha, en la que participaron cientos de miles de personas, se convocó en protesta por la “excesiva” injerencia de Pekín en el gobierno de la ciudad y para exigir la retirada del polémico proyecto de ley de extradición y la dimisión de la jefa del Ejecutivo local, Carrie Lam.
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La protesta comenzó con retraso luego de que la Policía negociara con los organizadores para que no llegasen a la zona de Admiralty, donde se ubica el Consejo Legislativo, y transcurriese a cambio por la cercana y céntrica área de Wan Chai.
En las manos de los manifestantes, que iban vestidos de negro, habían carteles en los que se leía “No a la extradición a China. Carrie Lam dimisión” o “Hong Kong, ponte en pie”, así como otros en los que condenaban la violencia policial durante protestas pasadas.
Durante la mañana del 1° de julio, cientos de ciudadanos se enfrentaron con la Policía local, lo que obligó a celebrar la conmemoración del retorno a China por primera vez en el interior del Centro de Convenciones de la ciudad, en lugar de en el paseo marítimo de Wan Chai, tal y como estaba previsto.
Las autoridades aludieron al “mal tiempo” para justificar este cambio.