Un equipo de investigadores descubrió una nueva especie de rana en el Parque Nacional Podocarpus de Ecuador, la cual es considerada como la más grande que habita en la cordillera de los Andes.
La investigación fue publicada por el Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio) el cual explicó que esta nueva especie del género Pristimantis se diferencia de otras por su gran tamaño ya que pueden medir hasta 50,5 milímetros en las hembras y 42,5 milímetros los machos .
Otro de los aspectos que las hace diferentes son su piel glandular y gruesa, la aparición de verrugas grandes en el cuerpo, además de un color café oscuro y prominentes parches glandulares en la cabeza y patas.
La nueva especie, bautizada como “gigante andino”, se adaptó a las condiciones agrestes de la zona en los altos Andes entre los 3300 y 3400 metros de altura, debido a que los cambios climáticos locales y enfermedades infecciosas han hecho que desde los años 80′ se hayan perdido la mayoría de especies de anfibios en la región.
“Es una de las especies más grandes de anfibios en general que se pueden encontrar en los páramos, pero dentro de su tipo es básicamente la más grande que se puede encontrar en los Altos Andes, páramos y bosques montañosos altos”, explicó el investigador Diego Cisneros.
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De acuerdo con la investigación, lo normal es que el tamaño de los anfibios disminuya conforme se aumenta en altura debido al descenso de temperatura y por eso es común encontrar especies de mayor tamaño en zonas bajas.
De hecho, la nueva rana descubierta también dispone de una especie de glándulas por todo el cuerpo que los científicos presumen que pueden ser un mecanismo para compensar esa pérdida de calor mediante la secreción de una sustancia bioquímica.
La investigación se viene realizando desde hace 10 años cuando se encontró una población de 40 individuos, pero cuando los investigadores hicieron un seguimiento el año pasado no encontraron ningún ejemplar.
“Esto no significa que la especie se haya extinguido, sino que por razones puntuales, se podrían haber escondido o fallecido las nuevas crías debido a un cambio climático local o por alguna enfermedad”, destacó Cisneros.
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Los investigadores señalaron que a pesar de haber encontrado este espécimen se debe llevar a cabo un monitoreo constante de la población para conocer qué es lo que está pasando con esta rana y evaluar su comportamiento.
Con información de EFE
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