El estado de Texas ejecutó este miércoles a John William King, un hombre condenado a pena de muerte por el asesinato racista del afroamericano James Byrd en 1998. Un hecho que conmocionó a Estados Unidos por su brutalidad.
El Departamento de Justicia Criminal de Texas informó que al hombre de 44 años le fue aplicada una inyección letal en la prisión de Huntsville (cercana a Houston).
El asesinato ocurrió el 7 de junio de 1998 cuando la víctima tenía 49 años y regresaba a su hogar en Jasper, una pequeña localidad de 7.500 habitantes del este de Texas.
De este crimen son responsables King, Lawrence Brewer (ejecutado en 2011) y Shawn Berry (condenado a cadena perpetua). Ellos ataron a Byrd de los tobillos a su camioneta y lo arrastraron durante cinco kilómetros por una carretera.
Byrd murió durante ese recorrido al perder un brazo y ser decapitado. Finalmente, su cuerpo fue arrojando al frente de una iglesia de feligreses afroamericanos, reseña un informe.
Años después, el nombre de Byrd quedó unido a sendas leyes para endurecer los crímenes de odio promulgadas tanto en Texas como a nivel federal.
King tenía 23 años cuando cometió el crimen y ya había estado en prisión por robos. En la cárcel formó parte de una banda de supremacistas blancos.
Documentos judiciales revelan que King tenía en su cuerpo tatuajes nazis como la esvástica y las SS. Además, tenía unos alusivos al Ku Klux Klan, una bandera de la Confederación y un dibujo de un afroamericano colgado de un árbol.
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Louvon Harris, hermana de la víctima, indicó que tanto King como Brewer trataron a Byrd “como un animal”.
“Eran un peligro para la sociedad y por eso cambiamos nuestra opinión sobre la pena de muerte”, manifiesta Harris.
Sin embargo, varios familiares de Byrd, como su hijo y otra de sus hermanas, se habían opuesto a la ejecución. Además, la mujer también resaltó que la tumba de su hermano ha sido profanada dos veces y que ahora está protegida.
King es el cuarto preso ejecutado este año en Estados Unidos y el tercero en el estado de Texas. Desde que el Tribunal Supremo restituyó la pena de muerte en 1976 han sido ejecutadas 1.494 personas en todo el país, 562 en Texas.
Con información de EFE