Sus nombres son Carmen y Lupita Andrade y son dos hermanas siamesas que comparten algunos órganos: el hígado, la pelvis, además del torrente sanguíneo y el sistema reproductivo. Sin embargo, esto no las ha limitado para vivir vidas amorosas separadas.
Las dos hermanas nacidas en México viven actualmente en Estados Unidos y en conversaciones con el medio Today.com contaron detalles de sus vidas amorosas. Según sus declaraciones, una de ellas tiene novio, mientras que la otra es asexual.
Vida amorosa de las siamesas
Las jóvenes de 22 años dijeron que, a pesar de compartir un mismo cuerpo, no ha sido limitante para vivir vidas sentimentales separadas. Así Carmen conoció a su actual novio mediante una aplicación de citas, sin que eso afectara a Lupita, quien no siente ningún tipo de atracción sexual.
Carmen contó que debido a la condición anatómica que comparte con su hermana, ella y su novio aman a los niños. Sin embargo, no quieren ninguno propio porque además no podrían.
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“Daniel y yo amamos a los niños, pero no queremos ninguno propio. Lupita y yo no podemos quedar embarazadas, tenemos endometriosis y también estamos con un bloqueador de hormonas que nos impide menstruar”, contó.
Sobre cómo es la relación con su novio compartiendo un mismo cuerpo con su hermana, lo describió como “muy divertido”.
“Es divertido porque me quedo despierta más tarde que Lupita, pero cuando Daniel se queda a dormir, me duermo rápidamente y él se queda despierto hablando con ella”, dijo Carmen.
Sin embargo, aclaró que no mantienen relaciones sexuales como parte de los acuerdos entre las dos: que Daniel no toque a Lupita y que esta sea quien escoja algunos de los sitios a los que van a citas.
Lupita asumió que desde niña es asexual y arromántica, por lo que lo único que le importa es que se cumplan los acuerdos.
La vida de las hermana siamesas
Al momento de su nacimiento los médicos dieron como expectativa de vida unos tres días para Carmen y Lupita, debido a que los bebés que nacen con esta condición no suelen sobrevivir.
Algunos siameses logran ser separados con éxito dependiendo de qué partes del cuerpo tengan unidas y de cuántos órganos compartan. Sin embargo, esta idea fue descartada por los médicos cuando las hermanas tenían cuatro años, debido a las altas posibilidades de que alguna o ambas murieran.
Su condición ha representado grandes retos para ambas. Por ejemplo, desde los seis hasta los 14 años, Lupita tuvo fuertes problemas de ansiedad, por lo que no hablaba con nadie ajeno a su familia o lo hacía por medio de Carmen.
Asimismo, tuvieron que someterse a fisioterapia durante 17 años para aprender a coordinar sus pasos, debido a que cada una maneja una pierna.
Además, las hermanas contaron que como parte de la experiencia de su vida han sido sexualizadas desde que eran unas niñas. Aseguran que desde entonces las preguntas de las personas se orienta a sobre cómo es su intimidad.
También, aseguran ser centro de burlas por parte de algunas personas en las redes sociales y hasta en la calle donde intentan hasta grabarlas.
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