Los perros y gatos mostrarían signos de luto o duelo frente a la muerte de un animal o de su entorno o de su propio dueño, según indicó una investigación.
Una de las características de los animales es su afecto y apego incondicional que mantienen con sus dueños o con cualquier persona con la que hayan compartido.
Así lo demostró un grupo de investigadores que se propuso averiguar el estado de ánimo de las mascotas en caso de que alguna persona faltara o tomara distancia en su entorno.
El estudio se dio a conocer a través de la revista Animals bajo el titulo ‘Percepciones de los propietarios sobre la respuesta de su animal al comportamiento ante la pérdida de un compañero animal’.
Allí los autores del proyecto pudieron determinar que los comportamientos y el ánimo tanto del perro como del gato varia después de la muerte de otra mascota en su mismo entorno o también de su amo.
Si bien el olfato que poseen este tipo de animales domésticos es más potente; por lo menos el olfato del perro es cuatro veces más desarrollado que el de los humanos.
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En especial para el caso de los perros, este tipo de mascotas son capaces de distinguir los componentes que trae consigo cada persona y en ocasiones, según los últimos estudios, de separar tan solo por el aroma si alguien de su afecto está vivo o muerto.
La investigación pudo detallar que los efectos de que el animal se encuentre con signos de luto recaen en las muestras de afecto, en su capacidad de territorialidad y la modificación de su alimentación.
No es raro que la relación entre perro, o gato, con el ser humano sea cariñosa y expresiva, pero siempre se da por obviedad que al morir la mascota bajo la estructura ‘familia multiespecie’ se piense en el duelo de los dueños mas no en lo que puedan sentir los animales frente a las ausencias y suponer si estos ‘amigos fieles’ necesitan ayudan para superarlo.
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A esto claramente los perros sienten la ausencia y el vacío de su líder. Cabe aclarar que si bien tiene un grado consciencia menor que el de los humanos, eso no impide su percepción frente a situaciones que atenten contra la vida de quien alguna vez decidió.
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