Se trata del químico escocés, Davi MacMillan, quien se consagró con el premio Nobel en el 2021. Ahora su investigación es despolimerizar plásticos en los océanos. Es decir reciclar integralmente el plástico, con ayuda de la luz solar, producidos por los humanos que se acumulan en el agua como parte de una gigantesca contaminación en que la vive el planeta.
MacMillan destacó su proyecto, como invitado, desde el programa de divulgación científica Conciencia, de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), donde indicó que esa es una de las aplicaciones que intenta desarrollar el grupo de investigación con el que trabaja en la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, junto con otras para generar “nuevas medicinas y nuevos materiales”.
El científico escocés afincado desde hace varias décadas en EE.UU., que además recibió el Nobel de Química junto al profesor Benjamin List, del Instituto Max Planck para la Investigación del Carbón, ambos por el desarrollo de la organocatálisis asimétrica, y confesó que solo ser nombrado al premio es “una locura” porque “pasas de ser un químico a estar hablando por teléfono al día siguiente con celebridades”.
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MacMillan aseguró en una conferencia de prensa en la USC que la industria farmacéutica “intenta” reducir tanto la utilización de productos químicos como de desperdicios, que representan un “grave problema” medioambiental global.
El investigador que tiene previsto ofrecer varias conferencias mostró con gran modestia la medalla de oro del Nobel y dijo que le parecía oportuno enseñarla para persuadir e incentivar a los jóvenes a estudiar.
Señaló que proviene de una familia humilde en la que fue uno de los primeros en conseguir un título universitario, algo que pensaba que nunca completaría, y destacó que encontró interés en el estudio de la química orgánica, lo cual le ha llevado a conseguir un éxito que no esperaba.
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MacMillan indicó que inicialmente empezó a investigar en laboratorios en que necesitaba guantes de protección, pero prefirió recurrir a otros métodos de desarrollo basados en la naturaleza humana de las enzimas (proteínas) ya que se obtienen de bacterias, hongos o levaduras para lograr “moléculas orgánicas que se puedan reciclar”.
El investigador tiene previsto participar en un ciclo de conferencias en el laboratorio de química Ciqus de la USC, uno de los más prometedores del panorama científico español, que cumple diez años y ha captado más de una veintena de proyectos europeos por valor de unos 14 millones de euros (15,5 millones de dólares).
Con información de EFE