El planeta celebrará la segunda Navidad en medio de la pandemia, en momentos en que la variante ómicron del COVID-19 se expande a un ritmo exponencial en decenas de países.
Millones de personas en el mundo esperan celebrar estas festividades con sus amigos y en familia luego de vivir más de un año enfrentando confinamientos y restricciones que alteraron sus vidas.
A pesar de esto, esta celebración de Navidad también se ha visto ensombrecida ante la amenaza que representa ómicron, la cual ha llevado a que muchos países retomen algunas medidas restrictivas para reuniones que impliquen aglomeraciones y que podrían afectar estos reencuentros familiares.
El mundo veía con mucha expectativa poder celebrar estas festividades debido al avance de las vacunaciones y la reducción sostenida de los contagios en los últimos meses; pero en cuestión de semanas ese horizonte esperanzador ha venido cambiando con la aparición de ómicron y su rápida propagación.
De esta forma, por segundo año consecutivo el cambiante virus plantea un difícil dilema a los que quieren celebrar: cancelar reuniones y viajes festivos o encontrar la manera de hacerlo de la forma más segura posible, pero lo cierto es que los expertos ha recomendado a las personas que no bajen la guardia.
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La incertidumbre que aún rodea a ómicron complica más las expectativas ya que los científicos ya saben que se expande hasta tres veces más rápido que la variante Delta.
Además, debido a sus múltiples mutaciones tendría la capacidad de evadir la inmunidad natural e inducida por las vacunas del COVID-19 pero las dosis de refuerzo aumentan la protección, especialmente contra la hospitalización y la muerte.
Aunque preliminarmente sea más leve, la variante ómicron aún podría provocar nuevamente una saturación de los hospitales debido al alto número de contagios y nivel de transmisibilidad, lo cual preocupa en medio de estas celebraciones.
Llamado a la precaución
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, hizo un crudo llamado ante lo que viene ocurriendo con ómicron por lo que pidió prudencia en medio de las celebraciones ante la rápida propagación de esta variante.
“Un evento cancelado es mejor que una vida cancelada. Es mejor cancelar ahora y celebrar más tarde, que celebrar ahora y llorar más tarde. Ninguno de nosotros quiere volver a estar aquí dentro de 12 meses, hablando de oportunidades perdidas, desigualdad continua o nuevas variantes”, indicó Adhanom.
Ante este escenario, decenas de países han retomado algunas medidas como exigir el uso de mascarillas en lugares públicos e implementar cuarentenas y aislamientos para las personas contagiadas en medio de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo en una pandemia que no ha terminado.
En Belén, lugar de nacimiento de Jesús según la tradición cristiana, el sector hotelero esperaba la llegada de miles de turistas pero Israel volvió a cerrar sus fronteras y esas expectativas se perdieron de golpe. Además, como en 2020, la misa de gallo estará reservada a un pequeño círculo de fieles y solo bajo invitación.
En el Vaticano, el Papa Francisco presidirá el viernes la tradicional misa de Navidad en la basílica de San Pedro y se espera que este sábado sobre el mediodía dirigirá su octava bendición Urbi et Orbi desde la misma plaza.
En general, las celebraciones serán generalmente más distendidas que el año anterior, cuando apenas se empezaban a administrar las primeras vacunas. Por ejemplo, en Estados Unidos millones de personas están viajando por todo el país para reunirse con sus familias.
Por su parte, algunos países europeos como España, Alemania, Francia, Holanda han retomado algunas medidas restrictivas ante el incremento exponencial de contagios estableciendo límites para reuniones, cerrando establecimientos e imponiendo nuevos confinamientos a las personas contagiadas y que no se hayan vacunado.
Un escenario un poco diferente se vive en América a pesar de que la variante ómicron ya ha sido detectada en una decenas de países como Estados Unidos, Canadá, México, Argentina, Chile, Brasil, Colombia, Ecuador, entre otros.
Hasta el momento, en este continente no se han impuesto medidas drásticas frente a ómicron y algunos países solo han establecido restricciones a los viajeros exigiendo pruebas negativas y en algunos casos una cuarentena.
Finalmente, el mundo celebra la segunda Navidad en pandemia y, aunque millones de personas esperan hacer reuniones con familiares y amigos; el llamado es a seguir tomando precauciones frente a este virus imprevisible que nuevamente amenaza con provocar un incremento de contagios con la aparición y propagación de la variante ómicron.
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