Probablemente, en alguna ocasión, te ha sucedido que cuando vas a dormir no puedes conciliar el sueño a pesar de tener cansancio y saber que al siguiente día debes entrar a primera hora a tu trabajo.
Y después del paso de las horas sientes desesperación puesto que en tu cabeza rondan las deudas, los pendientes en tus labores y hasta esa pelea con tu pareja.
Esta es una escena que para muchos es bastante común, pero alguna vez te preguntaste: ¿Por qué solemos pensar en nuestros problemas justo cuando nos vamos a dormir?
Esto podría deberse a un simple término: la rumiación del pensamiento.
Así es como los expertos en medicina llaman a una sucesión de pensamientos invasivos que terminan activando recuerdos o que hacen que nos anticipemos a algunos hechos de manera negativa.
Investigadores han dicho que este puede ser un mecanismo del cerebro para la resolución de conflictos, sin embargo, algunos creen que no siempre es así, ya que se pueden pasar días y hasta semanas con los mismos pensamientos pero es un ‘fallo’ de la naturaleza que se debe afrontar.
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El problema aquí es que por estar pensando una y otra vez se podría crear un ciclo en el que solo crecería el problema y hasta haríamos que aparezcan muchos más.
Tristemente las personas con ansiedad, trastorno obsesivo compulsivo o estrés postraumático son más susceptibles a experimentar estos momentos cuando están en reposo.
Si tú eres una persona perfeccionista, también podrías pensar más en tus problemas porque lo único que quieres es arreglar todo en un segundo, pero recuerda que eso no siempre será así.
Así que si sueles tener estos pensamientos muy seguido es hora de relajarte, pensar que vas a encontrar una solución en el momento indicado, buscar ayuda en tus seres queridos, tomar un buen baño antes de dormir.
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