El mandatario estadounidense es todo un amante del golf, por lo que decidió sacar de su bolsillo dinero para comprar un simulador de este deporte e instalarlo en la Casa Blanca, una decisión que sorprendió a muchos, pese a no ser el único presidente en hacerlo.
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El expresidente Dwight Eisenhower (1953- 1961) también puso un campo para jugar golf, Richard Nixon (1969-1974) puso una bolera e incluso Barack Obama (2009-2017), antecesor de Trump, instaló su propia cancha de baloncesto.
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Según The Washington Post, este último expresidente durante su mandato instaló un “simulador de golf más antiguo y menos sofisticado”, el cual fue reemplazado por el que adquirió Donald Trump recientemente.
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El Presidente pagó una suma de 50 mil dólares por su nuevo ‘juguete’, que está conformado por una alfombra que simula el césped y una pantalla flexible que proyecta un campo virtual que lo hará parecer como si estuviera jugando en cualquier campo del mundo, sin necesidad de ir tan lejos.
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A pesar de que en su campaña en 2016 el hombre dijo que “estaré trabajando para ustedes, así que no tendré tiempo para jugar al golf, créanme, créanme, amigos”, el hombre acusó a su antecesor de pasar mucho tiempo en este deporte, “Obama debe salir de los campos de golf”, dijo.
Sin embargo Trump en los dos años de mandato que lleva ya supero las salidas a jugar que Barack Obama hizo en ese mismo lapso de tiempo, pues lo ha hecho unas 139 veces desde que llegó a la casa Blanca, según The Washington Post.
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— América Digital (@AmericaDigital) 14 de febrero de 2019