Brigadas de bomberos voluntarios continúan trabajando en la madrugada de este jueves 19 de agosto para lograr frenar los incendios que se están desatando en Santa Cruz, Bolivia. Aunque el grupo de trabajo hace su mayor esfuerzo, el fuego no se detiene y los voluntarios solo cuentan con algunos rociadores y escasas herramientas.
“Esto es un desastre”, aseguro Daniel Velásquez, subgobernador de la provincia cruceña de Ñuflo de Chaves.
Santa Cruz, ubicada en la Chiquitanía, una región de transición entre la Amazonía y el Chaco, es una provincia que se ha visto afectada fuertemente por los incendios que se han desatado en el transcurso del año, sobre todo desde julio.
El equipo encargado solo se encuentra trabajando en las noches por los riesgos que suponen las altas temperaturas durante el día; 60 personas entran entre los matorrales para extinguir las llamas y apagar las brasas que, invisibles, se van formando bajo la hojarasca.
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De igual forma, como lo había asegurado antes Juan Carlos Calvimontes, viceministro de Defensa Civil, el subgobernador afirmó que la mayoría de los focos fueron “provocados”.
Según la ONG Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN), que logra identificar focos de calor mediante imágenes satelitales, unas 749.000 hectáreas se quemaron entre enero y julio de 2021, cifra que sigue aumentando.
Además, de acuerdo a un reporte presentado durante el mes de agosto por dicha organización, los departamentos de Santa Cruz y Beni “concentran el 94% de las áreas quemadas”, con al menos 564.000 y 137.000 hectáreas consumidas por el fuego respectivamente.
La gobernación de Santa Cruz asegura que el área afectada en su territorio supera las 200.000 hectáreas y permanece en “alerta roja”.
¿Por qué se han generado estos incendios en Bolivia?
Expertos aseguran que los incendios de bosques suelen producirse en Bolivia por la deforestación, la cual se hace con el fin de ampliar la frontera agrícola y agropecuaria, así como la quema de vegetación para preparar el terreno previo a la siguiente temporada de siembra.
FAN estimó que los incendios forestales destruyeron en 2020 más de 2,3 millones de hectáreas de bosques y pastizales. Además, en 2019 se registraron en Bolivia enormes incendios que, según datos de la misma ONG, acabaron con 6,4 millones de hectáreas.