La actual Miss Venezuela, Isabella Rodríguez, tiene las esperanzas intactas en que su país se recuperará de la crisis por la cual atraviesa.
Como pocas veces ocurre, la representante de la belleza venezolana es un exacto reflejo de la realidad nacional y desde el barrio en el que siempre ha vivido, 60 peldaños más cerca del cielo, la morena de 25 años habló con Efe sobre cómo pretende que la corona impacte positivamente en su comunidad.
Rodríguez cree que es necesario el respeto a la igualdad de género en cualquier trabajo y asegura que abogará para que las pequeñas de su natal Petare, considerada la favela más grande de Latinoamérica, vean en su triunfo un ejemplo cercano de que la constancia es premiada y los sueños se cumplen.
Isabella protestó en las calles de Caracas el pasado 23 de enero, como otros cientos de miles de ciudadanos, en contra de la crisis económica, la misma que la hizo separarse de sus dos hermanos que partieron hacia Perú en búsqueda de mejores oportunidades igual que millones de venezolanos en los últimos años.
“Quiero estar en un país con seguridad (…) porque también tengo derecho a una alimentación normal, derecho a vivir en paz”, sostiene y cree que como ella miles de personas, sobre todo en zonas pobres, comparten el mismo anhelo y están dispuestos a trabajar por el bien común.
Sin hablar expresamente de la tensión entre el Ejecutivo y el Legislativo de su país, la miss opina que “muy pronto” Venezuela saldrá de la austeridad del último quinquenio, caracterizada por desabastecimiento de alimentos y medicinas, inseguridad e hiperinflación.
La reina de belleza no ha escapado a lo que estos indicadores se traducen en la vida cotidiana pues en más de una ocasión se ha preguntado junto a sus padres “¿Qué se come hoy?” debido al alto costo de los alimentos que se pueden conseguir y hace apenas tres meses fue víctima de un asalto a mano armada en su propia comunidad.
“Casi suplicábamos por nuestras vidas”, evoca la reina que en otra oportunidad, entre las veredas de su barriada, se topó con el cadáver de un hombre que había sido asesinado y que yacía en el piso ante la mirada de los niños que bajaban de los cerros hacia la escuela.
“A mí nunca me afectaron las críticas (…) yo sé todo lo que me esforcé por ganar la corona”, responde y enfoca esta experiencia en lo “positivo” de haber ganado decenas de miles de seguidores en las redes sociales pues, explica, aprovechó esa exposición para solicitar ayudas para niños enfermos y consiguió varias donaciones.
Ese poder de comunicación lo usó también para denunciar los actos xenofóbicos que sufrieron algunos de sus paisanos en Ecuador el mes pasado luego de que un venezolano asesinara a una ciudadana de ese país.
“A mí eso me quebró por completo (…) nosotros acá estamos rodeados de ecuatorianos, de colombianos y bienvenidos sean”, comenta la reina que llamó a mantener la cordura en estos temas.
Con información de EFE