Un dicho popular dice que una madre tóxica hace más daño a un niño que un padre ausente, y aunque eso no está comprobado por la ciencia, los psicólogos alertan que una relación nociva con la madre puede causar profundos traumas a sus hijos y modelar sus experiencias en la vida adulta.
La terapeuta Peg Streep escribió en un artículo de Psychology Today que la causa por la que tu yo adulto sigue cayendo en las redes de su madre es que, aunque el intelecto te dice que su proximidad no te hace bien, quieres desesperadamente su cariño.
“Nos gusta pensar en las madres como gobernantes benevolentes y cariñosas, guardianas de un reino pacífico, pero no siempre es así”, explica.
La especialista define a la madre tóxica como la que controla la narrativa de la relación con sus hijos de una forma abusiva. Señaló que existen algunos comportamientos comunes que la distinguen de aquellas que simplemente se equivocan como cualquier humano.
Uno de ellos es la costumbre de avergonzar y generar culpa en sus hijos. Nunca nada es suficiente ni bueno para ellas, y como resultado el hijo ve disminuida su autoestima y su percepción de su propio valor.
A través de la culpa y la vergüenza, la madre tóxica manipula y magnifica las fallas de sus hijos, a la vez que minimiza sus logros.
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Otro comportamiento típico ocurre cuando la madre destaca constantemente lo que ha hecho por sus hijos para obtener mayor poder sobre ellos, o incluso favores o dinero, haciéndolos sentir culpables si no hacen lo que ella quiere.
Suelen tener un hijo favorito que mantiene a los hermanos luchando por su amor y además le permite manipular las relaciones entre ellos.
La madre puede desarrollar un comportamiento hostil con sus hijos y ser agresiva sin necesidad de emplear la violencia física, solo con sus hirientes palabras.
También puede usar gaslighting, una técnica que consiste en convencer a sus hijos de que es real algo que nunca pasó, o hacerles creer que sus percepciones sobre su comportamiento tóxico son irreales, exageradas o que de plano están locos.
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Aplicar el tratamiento del hielo, llamar a sus hijos por sobrenombres o minimizar sus opiniones, diciendo que lo que dice es estúpido, por ejemplo, son todas formas en las que una madre puede ser tóxica.
Ante estos comportamientos, lo ideal es alejarse y buscar ayuda profesional.
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