Gran parte de la humanidad tiene la concepción de que tenemos acceso ilimitado al agua y servicios de saneamiento pero la realidad es que más de 2.000 millones de personas no tienen agua potable y más de la mitad de la población mundial no cuenta con infraestructura sanitaria adecuada.
Así lo reveló la Organización de las Naciones Unidas (ONU) al calificar estos problemas como un “fracaso mundial” que tiene que ser solucionado por los países en el menor tiempo posible, por lo que hizo un llamado en el marco de la Asamblea General para que se implementen políticas para enfrentar la falta de acceso al agua potable.
De acuerdo con la ONU, lograr el acceso al agua potable y a servicios de saneamiento e higiene adecuados para todos antes de 2030 es una de las metas que forman parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible pactados por los países, pero por ahora el mundo está muy lejos de poder cumplir este objetivo.
La vicesecretaria general de Naciones Unidas, Amina Mohammed, explicó que para cumplir estas metas se tendría que multiplicar por cuatro el ritmo de progresos que se vienen teniendo en la actualidad frente a estos temas.
La ONU explicó que unas 2.200 millones de personas -casi un tercio de la población mundial- continúan sin acceso a agua potable segura, 4.200 millones viven sin servicios de saneamiento adecuados, 2.000 millones no tienen un retrete decente y 3.000 millones carecen de instalaciones básicas para lavarse las manos.
“Es un fracaso moral que vivamos en un mundo con niveles tan altos de innovación técnica y éxito y que sigamos permitiendo que miles de millones de personas estén sin agua limpia para beber o las herramientas básicas para lavarse las manos”, denunció Volkan Bozkir, el presidente de la Asamblea General.
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El funcionario destacó que este “fracaso mundial” se hace más evidente en medio de una pandemia y pone de manifiesto las grandes desigualdades que todavía deben enfrentar millones de personas en el planeta ante un servicio vital como el acceso al agua potable.
“Que miles de millones de personas hayan tenido que afrontar esta pandemia sin instalaciones para lavarse las manos y que los proveedores médicos en algunos de los países menos desarrollados no tengan agua corriente es imposible de aceptar”, aseguró Bozkir.
Un compromiso mundial
En el marco de esta Asamblea, 161 países firmaron una declaración conjunta en la que se comprometen a hacer más, aunque no ofrece demasiadas medidas concretas para tratar de mejorar el acceso al agua potable y a este tipo de servicios sanitarios.
Los países reconocieron que los niveles de inversión actuales son inadecuados para cumplir con las metas fijadas internacionalmente y pidieron explorar nuevos enfoques para financiar infraestructuras sostenibles.
El documento subraya la importancia central del agua para el cumplimiento de muchas otras metas de desarrollo y aboga por una mayor cooperación global en este ámbito.
En la reunión de la Asamblea General intervinieron varios jefes de Estado y de Gobierno, vicepresidentes y decenas de ministros, que en general explicaron sus esfuerzos a escala nacional y reiteraron su compromiso con los objetivos fijados de cara a 2030.
Sin embargo, el cumplimiento de estos objetivos parecen estar lejanos y pueden complicarse aún más por los efectos del cambio climático.
La amenaza del calentamiento global
Los científicos han explicado que más de un tercio de la población del mundo vive en regiones donde escasea el agua y se espera que para el año 2050 más de la mitad de los habitantes del mundo pueden estar en riesgo por ese motivo.
De esta forma, los efectos del cambio climático aumentarán los procesos de desertificación afectando para entonces el medio de vida de casi 1.000 millones de personas en un centenar de países.
Además, los expertos creen que la falta de agua puede desplazar hasta 700 millones de personas para 2030. Además, la Unicef estima que para 2040 uno de cada cuatro niños del mundo vivirá en zonas con carencias extremas de agua.
El informe destaca que la demanda de agua sigue aumentando de forma dramática mientras los recursos se reducen, por lo que el problema empeorará en los próximos años debido a los efectos del calentamiento global.
A pesar de esto, el cambio climático también parece estar haciendo aumentar la frecuencia e intensidad de las inundaciones, que tienen graves impactos en los sistemas de suministro y de contaminación del agua por lo que el problema de acceso podría empeorar aún más a futuro.
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