Las protestas de 2017 en Venezuela contra el régimen de Nicolás Maduro dejaron más de un centenar de muertos y muchas historias de brutalidad, pero entre ellas destaca la terrible experiencia de Oriana Wadskier, la joven estudiante de Medicina que fue arrollada por un vehículo del gobierno durante una protesta en Calabozo, una población del centro del país.
El 9 de mayo de 2017, Oriana se manifestaba pacíficamente con pancartas junto a otros estudiantes cuando fue arrastrada 100 metros por una camioneta conducida por un funcionario público. Perdió el 60% de su cuero cabelludo y se ha sometido a múltiples cirugías para las que tuvo que recoger dinero para poder salir del país, ya que en Venezuela no las realizan.
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Le colocaron unos expansores en la cabeza para estirar el cuero cabelludo restante y darle la forma más natural posible, aunque las cicatrices la acompañarán de por vida.
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A pesar de su difícil experiencia, Oriana Wadskier ha decidido hacer un trabajo de motivación de todos los que se encuentran en circunstancias retadoras. Ha afirmado que no tiene miedo, y con esa idea en mente ha continuado hablando sobre la crisis venezolana.
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En febrero de 2020 acudió a narrar su testimonio ante la Organización de Estados Americanos (OEA), desde donde quiso llevar un mensaje de “esperanza, fortaleza y motivación” a sus conciudadanos y explicar la violación de derechos humanos y “los atropellos de la dictadura de Nicolás Maduro”.
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Oriana no solo tiene un mensaje político, en sus publicaciones habla sobre el amor propio, la posibilidad de amar sus propias cicatrices y de tener un impacto positivo en las vidas de los demás.
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