El acné es considerado como una imperfección que causa que la gente gaste dinero en tratamientos dermatológicos y en maquillaje para cubrirlo, pero la influenciadora Sofia Grahn propone un enfoque diferente: representarlo con amor.
Sofia es una sueca de 26 años que desde su adolescencia luchó contra el acné quístico y durante años trató de todo para limpiar su piel. “Afectó mi salud mental de una manera que no lo había hecho antes. Vi a un doctor que me recetó diferentes cremas tópicas y antibióticos. Eventualmente, un dermatólogo me ofreció una fuerte medicación con muchos efectos secundarios negativos”, relató en entrevista con Metro.
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El medicamento prescrito fue isotretinoína, que entre sus efectos cuenta depresión, ansiedad, tendencias agresivas e incluso desórdenes psicóticos y tendencia suicidas, reporta el medio británico.
Entonces Sofia buscó a personas que estuvieran pasando por lo mismo que ella, que comprendieran cómo el acné afectaba su confianza y su autoimagen, y fue en ese momento en que encontró a la comunidad positiva con la piel y el acné.
Para ese momento, Sofia Grahn era una desconocida que confiesa que no salía de su casa sin una gruesa capa de base para cubrir su acné. De hecho, abrió su cuenta con un seudónimo y no mostraba completamente su cara, pues le daba vergüenza que la gente supiera que tenía ese problema.
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Pero sus fotos recibieron tanta aceptación que decidió mostrar su rostro y hoy es una reconocida imagen del movimiento de aceptación que está creciendo en las redes sociales. “No debemos ser arreglados… Podemos amar el acné”, dice Sofia, que asegura que ya no permite que el acné la defina y rara vez sale a la calle cubriendo su rostro con una base.
Declara que las personas con problemas en la piel no tienen que sentirse avergonzadas, no tienen que esconderse. “El acné es parte de mí, pero no lo es todo”, finaliza.
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