En todos los rincones del mundo, las mujeres trabajadoras que quedan embarazadas se enfrentan a la amenaza de pérdida de su trabajo, suspensión de ingresos y mayores riesgos para la salud debido a salvaguardias inadecuadas para su empleo y maternidad, según Naciones Unidas.
Esta es una de las principales luchas de las mujeres en el mundo, en el marco del Día Internacional de la Mujer que tiene como tema este año #ChoosetoChallenge.
La Organización Mundial de la Salud precisa que “las cuestiones laborales son una de las principales razones por las que las madres no comienzan a amamantar o interrumpen la lactancia materna exclusiva antes de tiempo. Los efectos del trabajo en las decisiones de las mujeres de amamantar son multidimensionales, incluida la fatiga y el estrés financiero”.
Aunque muchos países tienen legislación sobre protección de la maternidad, solo 99 de 185 cumplen o superan el mínimo de 14 semanas de licencia remunerada recomendada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), 57 países cumplen entre 14 y 17 semanas de licencia y solo 42 países cumplen o superan las 18 semanas de permiso.
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Inadecuada protección a la maternidad
Estos números implican que las mujeres empleadas en todo el mundo enfrentan una protección de maternidad inadecuada que afecta el cuidado que pueden proveer a sus hijos, su salud y que no les permite alcanzar sus objetivos de lactancia materna.
“La creación de un entorno propicio para que las mujeres amamanten con éxito tiene amplios beneficios para la salud, la economía y el medio ambiente, declara la OMS. Mejorar los resultados de la lactancia materna a nivel mundial podría prevenir aproximadamente 823 mil muertes infantiles y 20 mil muertes por cáncer de mama cada año”, señala la organización. Sin embargo, la prevalencia de la lactancia materna exclusiva entre los bebés menores de 6 meses sigue siendo baja, alrededor del 37% a nivel mundial.
La OMS se planteó la meta de que el 70% de los bebés sean amamantados exclusivamente hasta los 6 meses para 2034, pero declara que se necesitan políticas públicas, especialmente para las madres trabajadoras, que pueden verse disuadidas de amamantar. Dado el aumento de la participación de las mujeres en el mercado laboral en todo el mundo, las políticas de protección de la maternidad se consideran esenciales para mejorar las prácticas de lactancia y con ello mejorar la salud de las madres y de sus hijos.
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Desafortunadamente, en países como Estados Unidos la tasa de mujeres que se toman el permiso por embarazo o parto se ha mantenido estable durante los últimos 20 años. No ha habido un aumento, reporta la revista Time, aunque se ha demostrado que el tiempo libre del trabajo para establecer vínculos con los nuevos bebés mejora la salud física y mental de las madres, reduce los partos por cesárea, salva la vida de los bebés y fomenta la lactancia materna.
“El Departamento de Trabajo estima que solo alrededor del 12% de los empleados del sector privado tienen acceso a la licencia familiar remunerada, y solo el 47,5% de las mujeres que se tomaron tiempo libre en 2015 recibieron un pago por ello”, indica la publicación, de lo que se infiere que poder disfrutar del permiso es un lujo que solo una minoría de las madres puede permitirse.
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