El Salto de Tequendama, es una catarata de 132 metros, ubicada a las afueras de Bogotá, Colombia, un paisaje único y hermoso que además de belleza, esconde varios misterios…
Actividad paranormal y desapariciones convierten a este lugar en uno de los atractivos turísticos más importantes del país; sin embargo, este sitio ha sido por siglos, el lugar predilecto de incontables suicidios.
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La palabra Tequendama viene de la lengua chibcha, el idioma que hablaban los nativos de estas tierras antes de la conquista española, cuyo significado es “el que precipitó hacia abajo”.
Este lugar, según la religión muisca, fue creado por el legendario héroe Bochica, quien usó a su personal para romper la roca y así, liberar el agua que cubría la sabana de Bogotá.
Este lugar, durante años, fue una cascada sagrada donde los nativos se reunían a hacer diferentes rituales; sin embargo, con el pasar del tiempo, la situación cambió.
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Para finales del siglo XIX, este lugar se convirtió en el sitio preferido para los suicidas de todo Colombia; lanzarse desde su gran altura, aseguraba una muerte instantánea y además, las personas que allí saltaban tenían la garantía de que su cuerpo posiblemente no se encontraría jamás.
Tal fue la popularidad de el Salto de Tequendama para las personas que se querían quitar la vida, que se comenzó a tener la creencia que alguna fuerza sobrenatural atraía a las personas para que se suicidaran. Creencia que aún hoy día se conserva…
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Es normal escuchar a los pobladores contar la historia de una pareja que iba caminado por allí en 1941. El hombre, José Suárez era un policía estable y que vivía muy feliz, hasta que pasó por la enigmática cascada.
Cuenta la crónica reseñada por El Tiempo, que Suárez se detuvo en seco, besó a su novia, escribió un mensaje en su sombrero y se lanzó para nunca más ser encontrado. Su novia, al verlo caer, también se quiso tirar pero fue detenida antes de que se atreviera a hacerlo.
Son tantos los hechos que se han presentado de este tipo, que en lo alto del abismo hay algo que los pobladores llaman, ‘la piedra de los suicidas’; una placa puesta allí a principios del siglo XX, que contiene un mensaje de aliento para que las personas no se lancen.
“Tus problemas tienen solución. El señor Jesucristo te dice: “Y soy el camino de la verdad y la vida””.
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El lago donde cae la cascada y que después sigue su curso en una pequeña quebrada, se comenzó a llamar el ‘Lago de los muertos’, por la cantidad de cadáveres que nunca salieron a flote por la fuerza de la cascada.
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En la actualidad, aunque con menos regularidad, las personas siguen eligiendo este lugar para acabar con su vida. Según cuentan las personas que viven por la catarata, en las noches suelen ocurrir hechos paranormales, ligados a las “almas en pena de los suicidas”; sin embargo, creer o no en esto, es tu decisión.
Pese esto y su contaminación, el Salto de Tequendama es uno de los atractivos turísticos más importantes de Colombia y una de las maravillas naturales de mayor relevancia en Latinoamérica. En la actualidad, el Gobierno colombiano trabaja por su conservación y purificación.
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