El noruego Alf-Inge Haaland vivía del fútbol. Su esposa Gry Marit no hizo vida en las canchas, pero también era amante de los deportes: fue campeona de heptatlón. Ambos se dieron cuenta muy pronto de que en casa había alguien muy especial que podía hacer grandes cosas gracias a su naturaleza física. Es allí cuando comienza la historia de Erling Haaland, uno de los mejores delanteros del mundo.
Solo habían pasado cinco años del nacimiento del niño, el 21 de julio de 2000. Su padre ya no era un jugador de fútbol profesional. Se retiró en 2003 por las dolencias que le dejó una polémica entrada del legendario irlandés Roy Keane, durante el derbi de Manchester entre el United y el City. Resulta poético que la primera vez en la vida de Haaland que maravilló al mundo no fue con un balón, sino en el tartán del atletismo.
Lee también: Cinco datos de los 18 goles en Champions de Haaland
Con cinco añitos impuso un récord mundial en salto largo para niños de su misma edad. Saltó 1,63 metros para alegría de sus padres. Los aplausos de admiración que recibió Haaland ese día de 2006 se repetirían a través de su historia, aunque en las canchas de fútbol, algunas las más grandes del planeta.
La vida no hizo que Haaland explotara de una vez y que desde niño se convirtiera en un fenómeno del fútbol. Quizás pueda parecer prematuro en este momento, cuando está cercano a los 21 años y ya pone de rodillas a algunos de los mejores clubes de Europa, gracias a la absurda capacidad goleadora que le hincha el pecho de orgullo al Borussia Dortmund.
La primera historia de Haaland en el fútbol
Mientras rompía un récord mundial para pequeños en el atletismo, la historia de Haaland en los gramados comenzó. El Bryne FK de Noruega fue su primer club. Era una tradición en su familia, pues fue el equipo en el que comenzó su padre en 1990. Allí creció, maravillando de vez en cuando con su talento goleador. Su debut profesional se dio en 2016, con 15 años. Y no lo hizo como se le conoce ahora, como un intimidante delantero. Su posición era de extremo, para eso había sido entrenado. En esa temporada en Segunda División no anotó goles en 16 partidos.
Cazatalentos del Hoffenheim lo detectaron durante ese año con el Bryne FK. Y, según se cuenta en algunos reputados medios de comunicación, como Goal.com, el club alemán estuvo a nada de conseguir el fichaje y cambiar la vida de Haaland. Sin embargo, las negociaciones se cayeron estrepitosamente. Se cuenta que la familia exigió un sueldo de 5.000 euros para el adolescente. El equipo teutón se negó y alegó que los canteranos solo podían ganar 2.000. Fue así como uno de los mejores fichajes del Hoffenheim nunca ocurrió.
Y como no se fue a Alemania en esa oportunidad, el club Molde FK de Noruega entró en la historia de Haaland. Llegó en un momento importante para la franquicia. 2017 era el penúltimo año como entrenador del que fue uno de los delanteros icónicos del país: Ole Gunnar Soskjaer, actual director técnico del Manchester United. Es por eso que a Haaland se le ha relacionado varias veces con el club inglés, que también ha admitido su deseo de tenerlo.
Un estirón de 20 centímetros
La vida de Haaland en el Molde no fue tan fácil como se cree. De un momento a otro, el jovencito admirador de Zlatan Ibrahimovic y Cristiano Ronaldo, pegó un estirón de estatura casi absurdo. Borre Steenslid, quien fue su preparador físico a los 17 años, le contó al Diario AS de España cómo el noruego pasó de ser un muchacho alto y desabrido, a la potentísima máquina de 1.94 metros de estatura, y 87 kilos que puede correr a 36 kilómetros por hora.
“Su cuerpo responde bien a los entrenamientos porque su genética es privilegiada. Ganó doce kilos de músculo en quince meses. ¡Una locura!”, contó el preparador sobre un punto importante en la historia de Haaland. “Le construimos la musculatura desde cero.”
El crecimiento rápido alteró la vida de delantero de Haaland. La coordinación física se vio mermada y los goles no salían. El muchacho estaba en problemas y necesitaba a alguien quien le pudiera guiar. El portero belga Alex Craninx le confesó al Diario AS que la puntería de Haaland en el Molde se convirtió en la comidilla. Sin embargo, eso cambió pronto.
Lee también: ¿Mbappé y Haaland los sucesores de Messi y Ronaldo?
“Ahora lo quieren todos los grandes. Es una progresión alucinante. Cuando llegué al Molde él ya era titular. Pero me contaron del cambio. Creció muy rápido y eso le generó lesiones en la espalda, estaba descompensado”, contó el arquero sobre la historia que él sabe de Haaland. “Me decían los compañeros que cuando le subieron al primer equipo no metía una. Pero Solksjaer pidió paciencia con él y a los dos meses empezó a meter goles, goles, goles, hasta hoy”.
Entrenar, meditar y usar gafas especiales
La vida de Haaland cambió en 2018. Pasó del Molde al RB Salzburgo de Austria. Fue su primera experiencia fuera de Noruega. No despuntó de una vez, pero a la siguiente campaña, la 2019-20, ya estaba listo para romper al mundo del fútbol. Marcó 28 goles en 22 partidos con los austriacos, incluyendo ocho en la Champions. El Borussia Dortmund no lo dejó pasar y lo fichó. Ahora tiene a un futbolista de 20 años que tiene un valor de mercado de alrededor de 110 millones de euros, según Transfermartk.
Pero la historia de Haaland no es solo una oda a su genética hercúlea. Es el trabajo y la disciplina lo que lo ha convertido en el delantero de moda, uno de los que –junto con Kylian Mbappé- está llamado a tomar el trono de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo cuando éstos ya no estén.
Después de que Solksjaer le enseñó a rematar y “le convenció de que no tenía que destruir la portería cada vez que chutase, e hizo clic”, desarrolló Haaland un carácter perfeccionista para su vida, reseña AS. En el Salzburgo entrenaba tanto que su entrenador, el estadounidense Jesse Marsch, lo obligó a frenar un poco para que no se lesionara por exceso de entrenamiento. De todas maneras, él sabe lo que hay que hacer para relajarse. Usa unas gafas especiales para filtrar las luces azules de la tele y los celulares. Es una forma de “activar la melatotina” y dormir mejor para cuidar sus músculos.
Solo hay que ver las celebraciones de sus goles para saber uno de los puntos importantes en la historia de Haaland: la meditación. El noruego celebra con una postura de meditación, uno de sus hobbys. El otro es el rap, incluso grabó una canción con un grupo de amigos que se denominaron “Flow Kingz”, aunque creemos que lo hace infinitamente mejor como goleador que como artista.
América Digital