La coalición de gobiernos latinoamericanos que se unió a Estados Unidos para reconocer rápidamente a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela se consolidó durante semanas de diplomacia secreta que incluyeron mensajes soterrados a activistas bajo vigilancia constante y un viaje de alto riesgo al extranjero emprendido por el líder opositor que reta a Nicolás Maduro, dijeron varios protagonistas.
A mediados de diciembre, Guaidó viajó discretamente a Washington, Colombia y Brasil para conversar con funcionarios sobre la estrategia opositora de convocar manifestaciones masivas en torno a la juramentación el 10 de enero de Nicolás Maduro para un segundo sexenio pese a la condena internacional, dijo el ex alcalde caraqueño Antonio Ledezma, un aliado opositor actualmente exiliado en España.
Según un reseña exclusiva de AFP, Guaidó salió de Venezuela por tierra hacia Colombia con la finalidad de no atraer la atención de funcionarios migratorios que en ocasiones acosan a dirigentes opositores en los aeropuertos y le impiden embarcarse hacia el extranjero, dijo otro dirigente opositor que solicitó el anonimato para conversar sobre las medidas de seguridad.
La construcción de consenso en una fragmentada coalición antigubernamental fue cuesta arriba. La oposición lleva años dividida no solo por protagonismo y estrategia, sino también por una represión gubernamental que ha enviado a varios líderes al exilio, por lo que las reuniones en persona eran imposibles.
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