Un estudio preliminar realizado por el Imperial College de Londres descubrió algunos síntomas pocos conocidos en las personas contagiadas del COVID-19.
La investigación fue realizada con más de un millón de personas en Inglaterra en las que se evidenció que además de la pérdida del sentido del olfato y el gusto, la fiebre y la tos persistente, también existe otra amplia gama de sintomatología asociada a la enfermedad.
En ese sentido, los investigadores evaluaron los resultados de las pruebas de hisopo y los cuestionarios de los pacientes entre junio y enero en los que se identificó que las personas reportaban síntomas como escalofríos, pérdida de apetito, dolor de cabeza y musculares, los cuales estaban fuertemente relacionados con la infección del COVID-19.
“Tener cualquiera de estos otros síntomas o los clásicos, ya sea solo o en combinación, se asoció con la infección por el coronavirus y cuantos más síntomas mostraban las personas, más probabilidades tenían de dar positivo”, reseña el informe del estudio.
Los científicos también identificaron que la manifestación del COVID-19 varía en las personas según su edad. Por ejemplo, los escalofríos estuvieron vinculados mayormente con las pruebas positivas de todas las personas, pero el dolor de cabeza se registró especialmente en personas jóvenes de entre los 5 y 17 años.
Asimismo, la pérdida de apetito se manifestó en pacientes mayores de 18 años y los dolores musculares en personas de 18 a 54 años. Además, particularmente se pudo establecer que los niños de 5 a 17 años tenían menos probabilidades de presentar fiebre, tos persistente y pérdida de apetito frente a los adultos, lo cual confirma que el virus se manifiesta con menor fuerza en los menores de edad.
Mejorar la detección del virus
El equipo de investigadores destacó que añadir estos síntomas como una base para realizar las pruebas de diagnóstico permitirían mejorar la capacidad de detección y aislamiento de las personas para evitar la propagación del COVID-19
El director del programa REACT (Evaluación de la transmisión comunitaria en tiempo real) del Imperial College, Paul Elliott, resaltó que incluir muchos síntomas que se encuentran comúnmente en otras enfermedades como la gripe estacional y por eso es crucial mejorar y actualizar los criterios para identificar a más personas infectadas.
“Estos nuevos hallazgos sugieren que muchas personas con COVID-19 no se harán la prueba y, por lo tanto, no se aislarán por sí mismas porque sus síntomas no coinciden con los utilizado en las guías de salud pública actuales para ayudar a identificar a las personas infectadas”, indicó Elliott.
Las secuelas de la enfermedad
La comunidad científica también ha encendido las alarmas por las secuelas que vienen quedando en algunas personas luego de que superaran la enfermedad.
Los expertos han empezado a realizar unos estudios para poder entender por qué algunos enfermos de COVID-19 muestran luego de varios meses síntomas como un cansancio extremo, dificultades respiratorias o problemas neurológicos y cardíacos a veces graves, entre otros.
Asimismo, también se ha identificado preliminarmente que el COVID-19 puede desencadenar problemas neurológicos, así como en el funcionamiento del corazón, pulmones y en el páncreas.
Ver más: Descubren algunas lesiones oculares en las personas que sufrieron casos graves de COVID-19
De hecho, un estudio realizado en Francia con imágenes de resonancia magnética (IRM) ha evidenciado algunas anomalías o lesiones oculares en algunos pacientes graves del COVID-19, luego de que superaran la enfermedad.
El artículo señaló que, si bien el coronavirus ataca principalmente los pulmones, también se le ha vinculado con lesiones oculares como conjuntivitis y retinopatías que pueden resultar en la pérdida de la visión en los casos más graves.
De esta forma, se pudo establecer que algunos pacientes graves del COVID-19 y que estuvieron en una UCI presentaron la formación de nódulos en el globo ocular, la cual estaría vinculado a la inflación causada por la enfermedad.
La investigación fue publicada en la revista Radiology en donde los análisis apuntan a la conveniencia de realizar un examen de los ojos a estos pacientes con le objetivo de detectar posibles consecuencias oftalmológicas, potencialmente graves, del coronavirus y darles el tratamiento apropiado.
En ese sentido, las secuelas que está dejando el COVID-19, especialmente en la población joven, han encendido las alarmas de los expertos ya que aún no se ha podido determinar por qué se viene presentando estos efectos y las consecuencias que podría tener en la salud de las personas a largo plazo.