Estados Unidos pasará la página de cuatro años convulsos bajo el gobierno de Donald Trump cuando el demócrata Joe Biden asuma el poder y llegue a la Casa Blanca recibiendo un país divido y con varios retos en materia económica y social por delante.
Aunque a último minuto le deseó buena suerte a su sucesor en un mensaje de video, el mandatario saliente nunca lo felicitó y, en un hecho sin precedentes en 150 años, faltará a su ceremonia de investidura en Washington ya que partirá a Florida unas horas antes.
Sin embargo, los expresidentes Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton estarán en primera fila en el acto de posesión de Biden en el Capitolio, blindado bajo un impresionante despliegue de seguridad en la capital federal.
La jornada quedará inscrita en los libros de historia, en particular por el ascenso, por primera vez en la historia, de una mujer a la vicepresidencia cuando Kamala Harris sea investida y se convierta en la primera persona negra y de origen indio en ocupar el segundo cargo más importante en EE.UU.
En el final de un mandato marcado por una avalancha de escándalos y dos “impeachments”, Donald Trump deja el poder en su nivel más bajo de popularidad, abandonado por una parte de su bando horrorizado por los hechos de violencia que se presentaron en el Capitolio el 6 de enero.
Luego de una breve ceremonia en la base militar Andrews, en las afueras de Washington, Trump abordará por última vez el Air Force One para ir a su club de golf Mar a Lago, en Florida, en donde comenzará su vida de expresidente.
Ver más: Joe Biden, el experimentado demócrata que cumplió su sueño de ser el presidente de EE.UU.
En una de sus últimas decisiones en el cargo, Donald Trump otorgó un amparo de deportación por 18 meses (DED) a los venezolanos que se encuentren actualmente en territorio estadounidense afectados por “la situación de deterioro” provocada por el gobierno de Nicolás Maduro.
También indultó a 73 personas, entre ellas a su exconsejero Steve Bannon, aunque la lista no incluye a Trump ni ninguno de sus hijos, derrumbando las especulaciones ventiladas en los últimos días por medios estadounidenses.
Un contraste con Biden
Joe Biden, que llega al poder con 78 años tras medio siglo en política, busca marcar desde el primer día el contraste con su antecesor, tanto en la forma como en el fondo y por eso desde las primeras horas como presidente firmará algunos decretos para revertir algunas medidas de la administración Trump.
En un momento de fuerte simbolismo, Mitch McConnell, jefe de los republicanos en el Senado, estará junto a Biden, durante una misa en la catedral St. Matthews en la mañana.
Clima, inmigraciones, relaciones exteriores y COVID-19 serán algunas de sus medidas en sus primeras horas en el Despacho Oval, en donde Joe Biden firmará una serie de decretos que marcarán una ruptura con el gobierno anterior.
Ver más: COVID-19, migración y Acuerdo de París, los primeros decretos de Biden al asumir el poder
La noche del martes, poco después de su llegada a Washington, el demócrata rindió homenaje, en una ceremonia solemne”, a las víctimas del COVID-19; un visible contraste con Donald Trump que durante meses intentó minimizar el impacto de una pandemia que ha arrebatado la vida a más de 400.000 estadounidenses.
“A veces es difícil recordar. Pero esa es la forma de sanar. Es importante que hagamos eso como país”, indicó Biden en un breve y sombrío discurso ante el imponente monumento a Abraham Lincoln.
Acompañado de su esposa Jill, y de su vicepresidenta Kamala Harris, Biden guardó silencio ante 400 velas iluminadas alrededor del estanque rectangular en el que se reflejaba el icónico obelisco de la ciudad, un monumento a George Washington.
– Banderas en vez de multitudes
Lo cierto es que Biden asume las riendas de un país en un clima muy particular, bajo los efectos del COVID-19 y del traumatismo aún fresco por el asalto de cientos de simpatizantes de Trump al Capitolio, que dejó cinco muertos.
Las medidas de seguridad alrededor de la ceremonia son excepcionales. Unos 25.000 miembros de la Guardia Nacional y miles de policías de todo el país fueron desplegados en Washington y especialmente en inmediaciones del Capitolio y la Casa Blanca.
Precisamente, una señal de la tensión reinante es que doce uniformados fueron descartados del dispositivo de seguridad en el marco de una investigación por eventuales lazos con grupos extremistas, según informó el Pentágono.
Sin las multitudes que tradicionalmente llenaban la enorme explanada del “National Mall” para ver a su nuevo presidente, Joe Biden tendrá ante sí más de 190.000 banderas plantadas para representar al público ausente y especialmente a los estadounidenses.
Muros elevados, a veces coronados con alambres de púas, protegen la “zona roja”, entre la colina del Capitolio y la Casa Blanca.
Asimismo, este martes empezó el proceso de confirmación en el Senado del gabinete designado por el presidente electo, paso necesario para que el gobierno tome forma y comience su marcha ante las numerosas crisis que enfrenta Estados Unidos.
De esta forma, el demócrata Joe Biden asumirá como el presidente 46° de los Estados Unidos y ya promete drásticos cambios en la forma de gobierno frente a su antecesor Donald Trump.