Las autoridades sanitarias de Estados Unidos mostraron su preocupación ante la posibilidad de que la llegada de la cepa británica de COVID-19 genere una mayor presión en los hospitales del país al ser más contagiosa.
El pronunciamiento se conoce luego de que se detectara el primer caso de esta nueva cepa del coronavirus en una persona en el estado de Colorado y se sospecha de un segundo posible caso de esta mutación proveniente del Reino Unido.
“Estamos al tanto de un caso confirmado y otro caso posible con la variante B.1.1.7 del virus, la cepa británica”, indicó la doctora Rachel Herlihy, principal epidemióloga de Colorado.
Tanto el caso confirmado como el sospechoso se han registrado en soldados de la Guardia Nacional de Colorado que fueron enviados el pasado 23 de diciembre a una residencia para ancianos en la localidad de Simla con el objetivo de reforzar a su personal.
Sin embargo, las autoridades aún no tienen claro si los soldados contrajeron la enfermedad en la residencia, donde este mes hubo un brote de COVID-19 que contagió a 20 de los 24 empleados y a 26 ancianos residentes.
“Cuando los dos soldados, que ahora están aislados y no han viajado recientemente al extranjero, llegaron a la residencia, ya habían ocurrido hace mucho tiempo la mayoría de los casos asociados con el brote y ambos dieron positivo al día siguiente de llegar”, explicó Herlihy.
El gobernador de Colorado, Jared Polis, reconoció que los casos de su estado no son probablemente los primeros casos de la cepa británica que han llegado a Estados Unidos, aunque sí sean los primeros que se han detectado.
“Es improbable que esta sea la primera persona con la variante aquí en los Estados Unidos. Probablemente haya muchas, particularmente en el noreste del país”, aseguró Polis.
Ante este escenario, el doctor Henry Walke resaltó que el hecho de que el primer contagiado con esa cepa no hubiera viajado al extranjero “insinúa que esta variante se ha estado transmitiendo de persona en persona en Estados Unidos”.
Sobrecarga en los hospitales
El gestor de incidentes relacionados con el COVID- 19 en los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC), Henry Walke, indicó que es muy preocupante los efectos que pueda tener esa cepa británica del COVID-19 en el ya saturado sistema hospitalario ante EL alto nivel de contagio que viene presentando el país.
“Como esta variante se contagia más rápidamente, podría llevar a más casos y sobrecargar todavía más nuestros sistemas de cuidados de salud en los hospitales, que ya afrontan una carga enorme”, advirtió Walke.
Los hospitales de EE.UU. ya se encuentran en una situación crítica y este martes registraron un nuevo récord de hospitalizaciones por COVID- 19, con 124.686 pacientes ingresados por la enfermedad, de acuerdo con la plataforma Covid Tracking Project.
Ver más: La pandemia del COVID-19 está fuera de control en Estados Unidos: Fauci
El país atraviesa una de sus peores rachas de la pandemia y este martes alcanzó un nuevo récord de muertes diarias, según un reporte de la Universidad Johns Hopkins, al registrar 3.725 decesos vinculados al coronavirus en un solo día.
Precisamente, el principal epidemiólogo de la Casa Blanca, Anthony Fauci, reconoció que la pandemia está fuera de control en Estados Unidos por el alto nivel de contagio de COVID-19 y las cifras récord de ocupación de camas en los hospitales.
“Creo que debemos asumir que va a ir a peor, estamos entre 100.000-200.000 infecciones al día. Hubo un periodo en la peor parte de diciembre, cuando estaba por encima de 200.000; lo que espero que no volvamos a alcanzar de nuevo porque nos hace tambalear: tienes casos, tienes hospitalizaciones y, en consecuencia, muertes”, explicó Fauci.
Retraso en las vacunaciones
Los expertos creen que las cosas empeorarán aún más en las próximas semanas, a pesar de que las esperanzas para muchos estadounidenses están puestas en el inicio hace dos semanas de la campaña de vacunación contra el COVID-19 en el país.
Sin embargo, hasta ahora solo 2,1 millones de personas han recibido la vacuna, apenas el 10 % de los 20 millones de personas que el Gobierno del presidente saliente, Donald Trump, calculaba que serían vacunados antes de que acabara diciembre.
“Somos conscientes de que ese número es más bajo de lo que esperábamos, y trabajamos duro para mejorarlo”, afirmó Moncef Slaoui, principal asesor de la Operación “Warp Speed”, el equipo de la Casa Blanca que intenta acelerar las soluciones médicas a la pandemia.
Precisamente, el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, criticó el avance del plan de vacunación de Trump asegurando que tienen muchos retrasos, por lo que se comprometió acelerar el proceso cuando asuma el poder el próximo 20 enero.
“Quizás no vamos a ver una mejora hasta marzo ya que va a tomar tiempo que nuestro plan de respuesta contra el COVID-19 comience a producir resultados tangibles”, indicó Biden.
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