Boris Johnson, el primer ministro británico, anunció este sábado que Londres y el sureste de Inglaterra volverán a estar confinados a partir del domingo. Esto para intentar atajar una subida de contagios de COVID-19, atribuida a una nueva cepa.
“Parece que esta propagación está alimentada por una nueva variante del virus, que se transmite mucho más fácilmente. Nada indica que sea más mortífero o que cause una forma más severa de la enfermedad”, declaró el primer ministro en una rueda de prensa.
En medio de las fiestas decembrinas, los habitantes de Londres y del sureste de Inglaterra tendrán que someterse a importantes restricciones. Las personas deberán quedarse en casa y los comercios considerados “no esenciales” no podrán abrir.
Los pubs, restaurantes y museos de esas dos áreas del país, están cerrados desde el fin de semana pasado. Además, todos los desplazamientos fuera de esa zona, ya sean dentro del territorio nacional o para ir al extranjero, estarán prohibidos.
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Las personas de estas zonas de Inglaterra, no podrán reunirse con familiares en las celebraciones de Navidad y fin de año, informó Boris Johnson
En las zonas de alerta máxima no se podrán llevar a cabo reuniones entre miembros de distintos hogares, y en el resto de lugares se tendrán que realizar en un único día.
“Con gran pesar tengo que decirles que no podemos dejar que la Navidad se desarrolle como estaba previsto (…) Sacrifiquen una oportunidad de ver a nuestros seres queridos para protegerlos mejor y así poderlos ver en las próximas fiestas”, explicó Boris Johnson
El Reino Unido es uno de los países de Europa que más se ha visto afectado por la pandemia del COVID-19, junto con Italia, con más de 67.000 fallecidos. El sábado se superó el umbral de 2 millones de casos.
Con información de AFP
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