El presidente de Argentina, Alberto Fernández, anunció que el gobierno firmó un contrato con Rusia para adquirir la vacuna Sputnik V contra el coronavirus, con la que se espera inmunizar a unas de 300.000 personas antes de fin de año y 10 millones entre enero y febrero.
“Suscribimos el contrato con el Fondo Soberano Ruso que nos garantiza la provisión de la vacuna rusa. Es el tercer contrato que firmamos: el primero fue con AstraZeneca y la Universidad de Oxford y el segundo con Covax. el fondo de las Naciones Unidas”, indicó Fernández.
El mandatario indicó que será el primero en vacunarse públicamente con la vacuna Sputnik V para generar confianza en la población sobre su seguridad.
“Algunos siembran muchas dudas sobre la calidad científica rusa, pero el instituto donde se desarrolló tiene varios premios nobeles. Seré el primero en vacunarme porque no tengo ninguna duda de la calidad de la vacuna para que nadie tenga miedo”, resaltó Fernández.
En ese sentido, el ministerio de Salud estipuló que las primeras dosis de esta vacuna serán aplicadas al personal de la salud, de las Fuerzas Armadas y seguridad, así como a las personas mayores de 60 años y las que tengan comorbilidades.
Argentina también tiene previsto que otras cinco millones de personas sean vacunadas en marzo con la vacuna Sputnik V. Además, para ese mes también seguirá el proceso con las vacunas de AstraZeneca y del mecanismo Covax.
Las estadísticas evidencian que Argentina es uno de los países latinoamericanos más afectados por el COVID-19, al sumar más de 1.5 millones de casos y más de 40.222 muertes.
El tercer contrato de vacunas
El acuerdo alcanzado con el fondo ruso para la provisión de vacunas es el tercero suscrito por Argentina hasta ahora, después del alcanzado con AstraZeneca / Universidad de Oxford y de COVAX, este último es un mecanismo de las Naciones Unidas creado con el objetivo de garantizar el acceso equitativo mundial a las vacunas.
En ese sentido, una de las particularidades del contrato con Rusia es que contiene una cláusula favorable a Argentina para contar con otras 10 millones de dosis adicionales en marzo, por si el resto de las vacunas atrasan su llegada al país.
“El fondo ruso era el único oferente que ofreció seguridad contractual con respecto a la entrega de las dosis en tiempo y forma”, indicó el ministro de Salud, Ginés González García, quien resaltó que no se ha suscrito el acuerdo con la farmacéutica Pfizer a pesar de la gran voluntad que tenía el país y porque no pueden garantizar un contrato de temporalidad.
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Uno de los mayores problemas estarán relacionados con la logística ya que muchas de estas dosis de vacunas contra el COVID-19 llegarán de países muy lejanos como Rusia, así como de otros centros de producción situados en Corea, India y Bangladesh.
De hecho, funcionarios del Gobierno y de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) viajarán a Rusia para “verificar in situ” todas las dudas sobre las condiciones de producción y calidad de la vacuna del coronavirus.
“Contar con un contrato que ya nos dice con exactitud en qué plazos la vacuna podrá llegar a la Argentina es para nosotros una gran tranquilidad. El Gobierno ha trabajado para garantizar que en el verano podamos darle la vacuna a los que más lo necesitan y minimizar las condiciones de letalidad”, resaltó Fernández.
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