Estados Unidos se enfrentará las próximas semanas a un gran reto logístico con el transporte de las vacunas contra el COVID-19, por lo que los camiones y aviones de carga ya están listos para la distribución de las primeras dosis.
Los estadounidenses y el mundo está a la expectativa del visto bueno que la Agencia de Medicamentos de Estados Unidos (FDA) les dé a las vacunas contra el COVID-19 desarrolladas por Pfizer/BioNTech y Moderna, lo cual podría ocurrir entre el 10 y 17 de diciembre, respectivamente.
El general del Ejército, Gus Perna, director operativo de la operación Warp Speed, lleva semanas haciendo que los militares del Departamento de Defensa y expertos del Departamento de Salud realicen ejercicios de cara a ese anhelado día tras cumplirse un año de la pandemia del coronavirus.
El plan consiste en entregar el primer lote de 6,4 millones de dosis de la vacuna Pfizer en 24 horas a todos los hospitales y otros sitios que lo soliciten.
Ningún soldado repartirá los recipientes. El gobierno federal paga las dosis y da órdenes al sector privado, que se hará cargo de toda la logística.
Las dosis de Pfizer están esperando en su planta de Kalamazoo, Michigan y serían las primeras que se aplicarían en el país más afectado por la pandemia en el mundo.
Seis camiones saldrán diariamente cargados con contenedores con 975 frascos y hielo seco para lograr -70 °C –lo que necesita la vacuna para mantenerse–, rumbo a los aeropuertos donde los distribuirán compañías como Fedex, UPS y otros aviones. Pfizer estima que cada día 20 aviones transportarán sus vacunas.
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En el caso de Moderna, “el embotellado” se lleva a cabo en su subcontratista Catalent en Bloomington, Indiana, donde Moderna envía grandes bolsas de 50 litros de la vacuna, fabricada en New Hampshire.
“El objetivo es tener los camiones literalmente esperando justo al lado de la fábrica para poder cargarlos y salir en cuanto la FDA lo apruebe”, indicó Stéphane Bancel, jefe de Moderna.
La lista de lugares de entrega (hospitales, clínicas, depósitos de cadenas de farmacias asociadas, consultorios médicos, etc.) se elabora en 64 jurisdicciones (estados, territorios, ciudades) y se envía a Warp Speed.
El trabajo del general Perna es entregar lo disponible en proporción a la población, sin olvidar enviar las mismas cantidades de segundas dosis, tres semanas (Pfizer) o cuatro (Moderna) después de la primera.
“Queremos mantener un ritmo voluntario, planificado y coordinado”, explicó Perna, quien enfrenta una importante misión logística con estas vacunas contra el COVID-19.
Un reto sin precedentes
En la primavera boreal, la aspiración de la administración Trump era contar con cientos de millones de dosis para fines de 2020.
Estados Unidos finalmente recibirá 40 millones en diciembre, lo suficiente para vacunar a 20 millones de personas.
Pfizer prometió hasta principios de noviembre 100 millones de dosis en todo el mundo, pero redujo a la mitad su pronóstico debido a un problema de ingredientes.
“El componente de producción resultó ser más complicado y difícil de lo que esperábamos”, admitió Moncef Slaoui, científico jefe de Warp Speed, en CNN.
En los últimos días, los pronósticos han empeorado aún más: mientras los funcionarios anunciaron el miércoles que habría suficientes dosis para inmunizar a 100 millones de personas a fines de febrero, Slaoui pospuso el domingo este plazo para “finales o mediados de marzo”.
Finalmente, una vez entregados los paquetes de dosis, el desafío está en garantizar una correcta administración de la vacuna no solo en su almacenamiento sino también en su aplicación.
“No hemos visto un plan detallado sobre la forma de sacar las dosis de los paquetes, ponerlas en una jeringa e inyectarlas en los brazos”, indicó el presidente electo Joe Biden.
Estos detalles prácticos no son triviales para los técnicos, farmacéuticos y enfermeras que tendrán que administrar dos, luego tres y quizás seis vacunas el próximo año.
La vacuna Pfizer se puede conservar en su caja congelada durante 30 días, siempre que se reponga el hielo seco cada cinco días.
“Tendrán que adquirir reflejos para saber qué vacuna debe permanecer en el congelador, cuál llega en un contenedor, cuál debe permanecer a -80 °C o -20 °C”, explicó Prashant Yadav, experto en logística sanitaria del Centro para el Desarrollo Global.
“Esta complejidad hace todo más difícil, porque sabemos que los procedimientos no se respetan hasta que entran en la memoria muscular de quien los tiene que realizar, y no cuando hay que leer un manual”, reconoció Yadav.
En ese sentido, este reto se probará en ocho días en donde se contempla que las primeras dosis sean entregadas durante el 15 de diciembre y lleguen para muchos estadounidenses como un verdadero regalo de Navidad en medio de una pandemia del COVID-19 que cumple un año.
Este reto logístico para transportar y distribuir las vacunas en Estados Unidos se dará en momentos en que el país registra fuertes rebrotes de COVID-19 imponiendo cifras récords no solo en el número diario de casos sino también en las hospitalizaciones y los muertos por coronavirus.
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