Muchas personas tuvieron que separarse de sus familiares por el brote del coronavirus y ese fue el caso de una mujer que estuvo lejos de su padre debido a que este se encontraba en un ancianato; no obstante, ella se ingenió la forma para poder estar cerca de él.
Roger Ambrose, de 77 años, desde enero de 2020 se encuentra en un hogar de ancianos lejos de su familia debido a la pandemia del coronavirus.
También te puede interesar: Miembros de la Marina mexicana rescatan a un perrito de ahogarse y lo adoptan para darle un hogar
Sin embargo, su hija Nina no quiso dejarlo abandonado y se ofreció como voluntaria para poderlo ver varias veces a la semana. Roger sufre desde hace varios años de Alzheimer, razón por la que necesita atención todo el tiempo, ¿Y qué mejor que ser atendido por su propia hija?
Al perder su empleo, Nina Ambrose decidió trabajar en el ancianato donde estaba su padre, Roger
Nina fue despedida de su trabajo al inicio de la pandemia y en ese momento se dio cuenta que fue una señal para atender a su padre y a otros residentes del lugar.
“Es encantador y gratificante hacerlo, me da una rutina y he podido conocer a los residentes y al personal en un momento que ha sido muy aislado para muchos”, afirmó Nina Ambrose.
Ahora con su experiencia, dice que le gustaría dedicar su vida para ayudar a personas que necesitan compañía, algo que nunca pensó que sería una vocación.
“No hubiera considerado hacer este trabajo antes, pero esto me ha inspirado absolutamente. Siento que tengo mucho para dar”, aseguró Nina.
No hay duda de que la tierna historia de Nina Ambrose y su padre, Roger, demuestra que cuando amamos a alguien nada es un sacrificio.
Si quieres ver más imágenes de Nina y Roger Ambrose, te recomendamos reproducir el video que está al inicio de este artículo.