El gobierno de Donald Trump eliminó a los lobos de la lista de especies en peligro de extinción en Estados Unidos argumentando que sus poblaciones se han recuperado lo suficiente, lo cual ha generado un fuerte rechazo entre los grupos ambientalistas y de conservación.
La medida fue tomada luego de que el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU. propusiera el año pasado eliminar al lobo gris de la lista de protección. Sin embargo, los análisis y registros evidencian que en el país solo quedarían unos 6.000 ejemplares de lobos.
“Después de más de 45 años bajo un estatus de especie protegida, el lobo gris ha excedido todos los objetivos de preservación en vista de su recuperación”, indicó el secretario del Interior, David Bernhardt, al recordar las primeras protecciones que comenzaron en 1974.
De acuerdo con el funcionario, la medida tomada por la administración Trump evidenciaría el “compromiso continuo con la conservación de especies” a partir de los parámetros que contempla la ley los datos científicos.
Sin embargo, el anuncio se produce días antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, cuando muchos congresistas republicanos del Medio Oeste, con estados cruciales, reclamaban que se sacara al lobo de la lista protegida.
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La población de lobos (Canis lupus) en Estados Unidos (excluyendo a Alaska y Hawái) ha aumentado a 6.000 individuos, según el Departamento del Interior, frente a los menos de 1.000 ejemplares que se registraron en 1967.
El lobo se volvió a expandir en la región de las Montañas Rocosas y comenzó a regresar al oeste. Bajo la presidencia de Barack Obama, ya había perdido su estatus de protegido en los estados de Idaho y Montana.
Ahora quedará en los estados decidir cómo manejar las poblaciones de lobos, autorizando o no la caza y las trampas. Además, solo el “lobo mexicano”, presente en el suroeste, permanecerá protegido a nivel federal.
La comunidad científica y un gran número de funcionarios electos, ciudadanos y activistas se opusieron a la revocación porque el lobo aún no ha recuperado todo su hábitat histórico y estos ejemplares volverían a estar el riesgo rápidamente sino tienen esta protección.
La ONG Earthjustice aseguró que impugnará la decisión acusando a la agencia federal de bienestar animal de no haber seguido los procedimientos científicos normales.
La famosa ambientalista y protectora de los animales, Jane Goodall, rechazó esta decisión argumentando que las poblaciones de lobos ya no pondrán expandirse en sus territorios debido a que sin esta protección estarían más expuestos a la caza y las trampas.
“Los lobos tienen la misma conciencia, las mismas emociones y la misma inteligencia que los perros, si no más. ¿Cómo reaccionarías si a tu perro le dispararan y alguien colgara la cabeza en la pared?”, indicó Goodall.
Las organizaciones animalistas explicaron que trece especies han perdido su estatus de protección desde 2017 bajo la administración Trump. La lista incluye un murciélago, un gecko e incluso un campañol. Además, la famosa “águila calva”, símbolo de Estados Unidos, también fue retirada de la lista protegida en 2007.
La polémica medida tomada por el Gobierno de Donald Trump estaría influenciada por su necesidad de atraer votantes del medio oeste, muchos de los cuales practican la cacería, y que venían pidiendo que se eliminara esta protección para los lobos.
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