La aparición y el desarrollo de la pandemia del COVID-19 obligó a la comunidad científica y médica del mundo a enfrentar uno de los mayores retos que ha tenido la humanidad en su historia.
Los primeros que afrontaron esta enfermedad desconocida fueron los médicos chinos que tuvieron que atender a miles de pacientes con una patología viral que rápidamente se fue expandiendo y colapsó los sistemas de salud.
En ese sentido, los médicos empezaron a utilizar los tratamientos y fármacos que tenían a la mano en una especie de ensayo clínico contra el tiempo para poder disminuir los efectos del COVID-19 y salvar vidas ante la ausencia de una vacuna.
Tras más de diez meses de pandemia, la comunidad médica ha venido entendiendo mucho mejor esta enfermedad y a la par en que se desarrolla una vacuna también se han venido realizando algunos estudios con unos potenciales tratamientos para el COVID-19.
¿Cuáles han funcionado?
– La dexametasona y otros corticoides
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Europea del Medicamento (EMA) han recomendado el uso de la dexametasona para tratar el COVID-19, ya que los estudios han evidenciado que puede reducir la mortalidad.
Sin embargo, la experiencia en el manejo del COVID-19 ha demostrado que este medicamento no debe administrarse al inicio de la enfermedad ya que rebaja las defensas inmunitarias.
En ese sentido, la dexametasona funciona en los pacientes en estado más grave debido a que reduce una aceleración y reacción del sistema inmunitario que provoca una tormenta de citoquinas, las cuales son responsables de una peligrosa inflamación en los órganos
El resto de medicamentos de la misma familia, los corticoides, también permiten reducir un 21% la mortalidad al cabo de 28 días entre los casos más graves, según varios estudios publicados en septiembre en la revista médica Jama.
– El remdesivir
El medicamento antiviral remdesivir, que fue desarrollado inicialmente contra el Ébola, ha demostrado que reduce ligeramente el tiempo de recuperación de los pacientes hospitalizados.
Un estudio publicado por la revista New England Journal of Medicine pudo evidenciar que el remdesivir reduce los síntomas del COVID-19 pero no su mortalidad.
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Este antiviral es vendido por la farmacéutica Gilead bajo el nombre comercial de Veklury y fue el primero en recibir en julio una autorización condicional de salida al mercado europeo. Sin embargo, se emplea más en Estados Unidos que en Europa.
Algunos científicos están adelantando estudios sobre un posible vínculo del desarrollo de problemas renales agudos con el uso del remdesivir en algunas personas.
– Los anticoagulantes
Los expertos han explicado que los anticoagulantes también han funcionado como un potencial tratamiento entre los pacientes en estado más grave.
Los científicos han explicado que el objetivo de estos medicamentos es evitar los coágulos de sangre, una de las complicaciones que genera el COVID-19 en las personas contagiadas, especialmente cuando varios órganos se han visto afectados por la enfermedad.
¿Qué medicamentos no funcionan?
– La hidroxicloroquina
El medicamento antipalúdico denominado como hidroxicloroquina generó una fuerte polémica en el mundo ya que fue promovido a capa y espada por el célebre doctor francés Didier Raoult, al que se sumaron presidentes como Donald Trump y Jair Bolsonaro.
Sin embargo, los científicos lograron establecer a través de varias investigaciones, especialmente un ensayo británico Recovery, que la hidroxicloroquina es ineficaz como tratamiento contra el COVID-19.
– Lopinavir-ritonavir
Los medicamentos conocidos como Lopinavir-ritonavir son utilizados contra el virus del Sida y aunque se creía que podría funcionar para tratar a los pacientes hospitalizados, los científicos lograron establecer que su uso es ineficaz para el coronavirus.
¿Qué tratamientos están en prueba?
– Anticuerpos de síntesis
Los científicos también ha venido utilizando unos anticuerpos llamados “monoclonales” que se fabrican en laboratorio y se inyectan por vía intravenosa con el fin de apoyar al sistema inmunitario a la hora de neutralizar el COVID-19.
Precisamente, este fue uno de los tratamientos experimentales que recibió el presidente de EE.UU. Donald Trump al contagiarse de COVID-19.
Este medicamento es fabricado por la empresa biotecnológica estadounidense Regeneron y ha mostrado unos resultados preliminares positivos frente al manejo de esta enfermedad.
Asimismo, otro grupo estadounidense, Eli Lilly, también viene desarrollando un tratamiento similar pero tuvo que suspender los ensayos por motivos de seguridad que no han sido revelados.
– Plasma
El plasma convaleciente también ha sido uno de los tratamientos que se han venido utilizando y consiste en realizar una transfusión de plasma sanguíneo extraído a pacientes recuperados del COVID-19 con el fin de que los enfermos se beneficien de sus anticuerpos.
Actualmente, la comunidad científica está comparando si la administración de plasma es más eficaz que los otros tratamientos, pero la disponibilidad de este plasma sería uno de los mayores obstáculos para utilizarlo de forma masiva.
Finalmente, en el mundo se vienen desarrollando cientos de estudios con otros potenciales medicamentos o el uso de moléculas existentes que podrían ser eficaces contra el COVID-19 al conocer la forma cómo se desarrolla esta enfermedad en el cuerpo de las personas atacando varias células.
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