La pandemia del coronavirus superó el umbral de un millón de muertes por el COVID-19, convirtiéndose en uno de las virus más mortales en el planeta y en medio de la incertidumbre de una nueva oleada de contagios.
De esta forma, tras nueve meses de la aparición del COVID-19 en China, el mundo ya suma más de 33 millones de contagios, de los cuales 22.9 millones de personas se han curado de la enfermedad, según estadísticas de la Universidad Johns Hopkins.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que las muertes por COVID-19 podrían duplicarse y alcanzar los dos millones si no se mantienen medidas y los países trabajan en conjunto para evitar la propagación del virus.
Sin embargo, las drásticas medidas adoptadas por muchos países no han logrado por el momento frenar la pandemia, que está provocando desastrosas consecuencias económicas y sociales.
Las regiones más afectadas en número de decesos son América Latina y el Caribe con 341.032 muertes (9.1 millones de casos), Europa con 229.945 muertes (5.2 millones de contagios) y Estados Unidos y Canadá con 214.031 decesos y 7.2 millones de personas infectadas.
Los países con más fallecidos son Estados Unidos (204.724), seguido de Brasil (141.741) e India (94.503). Sin embargo, las estadísticas de muertes en relación con la población es liderada por Perú con 975 muertos por millón de habitantes, seguido por Bélgica (861), Bolivia (671) y España (668).
El número de un millón de muertos por la pandemia del nuevo coronavirus es mucho mayor al de otros virus recientes, como la gripe A (H1N1) llamada “porcina” que en 2009 causó oficialmente 18.500 decesos, pero menor al de la terrible “gripe española” de hace un siglo.
Precisamente, la gran gripe de 1918-1919, conocida como gripe “española” fue una hecatombe mundial ya que en tres oleadas causó un total de 50 millones de muertos, según datos estimados y publicados al comienzo de los años 2000.
Nueve meses sin tregua
El 11 de enero China registró oficialmente el primer muerto por el COVID-19, el cual se propagó en un principio rápidamente en la provincia de Wuhan, donde fue detectado en diciembre.
En un mes, China registró más de 1.000 muertos, un balance más grave que el que dejó el SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), que circuló en Asia en 2002-2003 y que provocó la muerte de 774 personas.
A partir de febrero, el virus comenzó a provocar muertes fuera de China y su aceleración fue exponencial, primero en Europa, que ve llegar ahora una segunda ola, y luego en el continente americano, donde las cifras de casos y decesos se mantienen altas desde junio.
La respuesta gubernamental fue drástica en la inmensa mayoría de los casos. A mediados de abril, cerca del 60% de la población mundial, unas 4.500 millones de personas, llegó a verse afectada por algún tipo de confinamiento para frenar la pandemia.
Este tipo de medidas generó graves impactos económicos y sociales debido a los confinamientos, provocando que el mundo tuviera comercios cerrados, calles desiertas, aeropuertos vacíos, penuria de abastecimiento en mercados.
Sin embargo, la apertura de sectores económicos y actividades sociales con el objetivo de mitigar el impacto de la pandemia ha provocado que algunos países, especialmente en Europa, estén registrando un aumento exponencial en el número de contagios.
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Este escenario ha generado una preocupación ante una segunda oleada de contagios de coronavirus en el mundo, lo cual ha llevado a que los países tengan que nuevamente tomar medidas para evitar su propagación y el colapso de los sistemas de salud.
Lo cierto, es que las expectativas del mundo están puestas en el desarrollo de una vacuna para el coronavirus pero los expertos han asegurado que los países no deben poner sus esperanzas en solo las vacunas sino seguir con las medidas preventivas entre la población.
De acuerdo con información oficial, en el mundo hay 11 vacunas que han entrado a fase final de ensayos clínicos para determinar su seguridad y eficacia para controlar la enfermedad.
Sin embargo, la disponibilidad de una vacuna podría ser limitada en el corto plazo y por eso el virus seguirá circulando durante la población durante los próximos meses.
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