El famoso chocolate crujiente venezolano Cri-Cri, elaborado por Savoy, fue incluido en la lista de las 33 delicias de chucherías o golosinas del mundo, según The New York Times.
Savoy, la compañía original de dulces detrás de Cri Cri, fue fundada por cuatro inmigrantes en un garaje de Caracas en 1941. Uno de ellos, John Miller, había traído una máquina de fabricación de chocolate de Escocia, y la utilizaron para crear el chocolate Savoy.
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“Casi 30 años después, la compañía creó una versión de arroz inflado. En 1980, esa barra de chocolate obtuvo su propio nombre, Cri Cri, gracias a una fórmula que los fundadores seleccionaron al hablar con amigos, vecinos y niños: el nombre debía ser corto y fácil de pronunciar”, señala el diario estadounidense.
Y es que el prestigio del chocolate venezolano, especialmente por su materia prima, es de larga data. Desde la época de la Colonia, en Venezuela existían grandes cultivos de cacao y las cosechas obtenidas tenían fama por su aroma y excelente calidad. Nuestros indígenas lo cultivaron desde la época precolombina como alimento y para rendir cultos a sus dioses. Venezuela, en esos tiempos y a pesar de la recesión económica causada por la Guerra de la Independencia, era un país exportador de cacao. En ese tiempo y dado los altos ingresos que obtenían los propietarios de haciendas de cacao, surgió una clase social de adinerados, llamada “Los grandes del Cacao”.
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Los más exquisitos chocolates del globo tienen entre sus ingredientes cacao venezolano, donde crecen los tipo criollos, que no necesitan azúcar porque son los únicos de sabor dulce que se conozcan.
Entre los más de 200 países del mundo, apenas unos 15 son reconocidos por producir y exportar cacao fino de aroma, y Venezuela es uno de éstos. Nuestro cacao fino de aroma posee cualidades incopiables, combina una genética propia y se cultiva en microambientes también exclusivos.
