Tras más de ocho meses de pandemia del coronavirus, han surgido algunas teorías sobre el origen del COVID-19 y la aparición de algunos movimientos antimascarillas y antivacunas que rápidamente se han difundido en las redes sociales.
Los científicos han explicado que este tipo de comportamientos podrían dificultar la lucha contra el coronavirus, especialmente con las personas que se oponen a utilizar las mascarillas, quienes han planteado falsas ideas para argumentar su posición.
-Falta de oxígeno y demasiado CO2
Una de las falsas ideas que más se han difundido para defender su posición de antimascarillas es que su uso produce supuestamente una “hipoxia” (déficit de oxígeno) e incluso que podrían llegar a matar a la persona que las utilizan.
“La mascarilla no es un circuito cerrado, deja pasar el oxígeno”, explicó Yves Coppieters, médico epidemiólogo y profesor de salud pública en la Universidad Libre de Bruselas.
De acuerdo con los expertos, es verdad que las mascarillas pueden producir una sensación de incomodidad, provocando en algunos casos una impresión psicológica de ahogo.
“En el caso de una persona con buena salud, la mascarilla no impide efectuar actividades diarias con normalidad”, manifestó Coppieters.
Asimismo, otra de las mentiras que se han difundido es que cuando las personas utilizan mascarillas se está respirando su propio CO2, pero los médicos aseguran que casi todo el aire que es exhalado se escapa porque el material con el que se fabrican las mascaras no es un circuito cerrado.
– Caldos de cultivo de bacterias, hongos, mohos : FALSO
Las personas que se oponen al uso de las mascarillas también han argumentado que su uso puede convertir este elemento en un “caldo de cultivo” de bacterias y hongos que podrían enfermar a las personas.
La científica de la unidad de Micología Molecular y del Centro Nacional de Referencia de Micosis invasivas y antifúngicas del Instituto Pasteur de Francia, Françoise Dromer, explicó que este tipo de infecciones provocadas por hongos son raras, por lo que no es cierto que las mascarillas puedan generarlas.
“En las condiciones de uso recomendadas (cambio o lavado frecuente), es imposible que se desarrollen hongos en el interior de una mascarilla. Para que una mascarilla se pudriera, habría por ejemplo que dejarla húmeda en una habitación llena de moho o en un compost durante semanas”, manifestó Dromer.
Por su parte, el profesor de salud pública de la Universidad Nacional Autónoma de México, Daniel Pahua, indicó que es cierto que los seres humanos tenemos bacterias normales en la boca y fosas nasales que son expulsadas al respirar o hablar.
“Cuando hablamos expulsamos gotitas de saliva y puede ser que haya hongos y bacterias que se queden en la mascarilla, pero la mayoría de estos agentes no provocan enfermedades porque son bacterias que ya tenemos en la boca normalmente”, destacó Pahua.
Dejan pasar los virus
Otras de las teorías que se han difundido es que las mascarillas dejan pasar los virus porque los agujeros de sus telas son mayores que los virus, sin embargo este argumento ha sido desmentido por la ciencia.
“El tamaño de la partícula viral no es pertinente. Es el tamaño de las gotitas que contienen el virus lo que cuenta y las mascarillas las filtran de sobra”, explicó Julian Leibowitz, profesor de inmunología microbiana de la Texas A&M University.
De acuerdo con los expertos, la mascarilla quirúrgica no funciona como un “colador” sino que filtra según otros principios físicos por el efecto de la inercia y la captura electroestática, por lo que pueden frenar al máximo las gotitas e incluso las pequeñas.
“Las mascarillas no necesitan ser eficaces al 100% para tener un papel significativo en la ralentización de la epidemia”, destacó el virólogo Benjamin Neuman, de la Texas A&M University.
Precisamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que el uso de mascarillas es una medida eficaz para limitar la propagación del coronavirus ya que permite que las personas se protejan mutuamente.
Sin embargo, su uso debe ser acompañado por la distancia física y el lavado de manos, especialmente en espacios cerrados.
De esta forma, en las redes sociales han venido circulando una serie de teorías como que el uso de la mascarilla debilita el sistema inmunológico, provoca una muerte lenta o que incidiría en los resultados del COVID-19, entre otras, las cuales han sido desmentidas por la comunidad científica.
Finalmente, la agencia AFP ha creado un portal de verificación sobre las distintivas teorías y mitos que circulan en las redes frente a las mascarillas, vacunas y la pandemia del coronavirus.
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