La carrera por desarrollar y obtener una vacuna contra el coronavirus con celeridad también ha conllevado a que algunos países ricos estén acaparando anticipadamente las primeras dosis de estas vacunas, afectando las expectativas de acceso de los países pobres.
Tras ocho meses de pandemia, el mundo tiene puestas sus esperanzas en que algunas de las vacunas que se vienen desarrollando y que están en fase avanzada de ensayos clínicos sean efectivas y seguras para cumplir con los requisitos de aprobación de las autoridades sanitarias.
Sin embargo, la apremiante necesidad de obtener esta inmunidad para su población ha llevado a los gobiernos de los países ricos no solo a financiar el desarrollo de estas vacunas sino a firmar acuerdos que les permita garantizar su acceso de forma anticipada a millones de dosis.
El gerente general de la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (Cepi), Richard Hatchett, ha mostrado su preocupación porque el objetivo de su trabajo es garantizar que las futuras vacunas contra el COVID-19 se repartan de manera justa en todo el mundo, pero Estados Unidos, Europa y el resto de países ricos ya han acaparado las primeras dosis.
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De acuerdo con los expertos y cálculos de la agencia AFP, algunos países como Estados Unidos, Reino Unido, Japón y otros de la Unión Europea, han encargado al menos 3.100 millones de dosis de esta vacuna para el coronavirus.
“Tenemos que persuadir a los líderes mundiales de que mientras la vacuna esté disponible en estas cantidades inicialmente limitadas debe compartirse a nivel mundial, que no debería darse el caso de que solo un puñado de países reciba todas las vacunas disponibles en el primer semestre de 2021”, aseguró Hatchett.
Precisamente, el gobierno del presidente de EE.UU. Donald Trump, fue el primero en firmar contratos que garantizan al menos 800 millones de dosis de seis fabricantes, para 330 millones de habitantes, que se comenzarán a entregar desde finales de año.
“Estados Unidos está potencialmente en posición de tener demasiadas vacunas si todos los proyectos en los que ha invertido tienen éxito”, resaltó Hatchett.
De acuerdo con el experto, es entendible que los gobiernos busquen garantizar este acceso para sus ciudadanos, pero asegura que EE.UU. debería comportarse como un “líder mundial” y compartir sus dosis con otros países, algo que por el momento ha descartado Trump.
De esta forma, los expertos han mostrado su preocupación y han pedido que no se repita el escenario de 2009 cuando los países ricos habían reservado las primeras vacunas contra la gripe H1N1.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya había alertado sobre un posible escenario de “nacionalismo de vacunas para el coronavirus” y había pedido a que se unan al mecanismo COVAX con el objetivo de que todos los países firmantes puedan tener un acceso justo y equitativo a posibles tratamientos y vacunas para enfrentar la pandemia.
El objetivo de esta iniciativa, liderada por la OMS en conjunto con CEPI y la Alianza para la Vacuna (Gavi), es comprar y distribuir equitativamente 2.000 millones de dosis en 2021, por lo que hasta ahora se han unido 92 países en vías de desarrollo, 80 países desarrollados y la Unión Europea anunció un apoyo de 400 millones de dólares.
De hecho, el Gobierno de EE.UU. confirmó que, debido a su ruptura con la OMS, no planea formar parte de la plataforma COVAX y que buscará asegurar con sus “aliados internacionales” la forma de derrotar el coronavirus.
El orden de prioridad
La preocupación de la iniciativa de COVAX es que hasta el momento solo ha adquirido 300 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca, el cual es un grupo farmacéutico que ya ha firmado acuerdos con Estados Unidos, Europa, Rusia, Corea del Sur, China América Latina y Brasil.
Por su parte, la compañía biotecnológica estadounidense Novavax ha firmado una asociación con un grupo indio para producir hasta 1.000 millones de dosis de su posible vacuna en India.
Las negociaciones de Cepi, financiada principalmente con donaciones públicas y privadas como la Fundación Gates, están avanzando en las negociaciones con los demás laboratorios, pero no se ha anunciado ningún acuerdo.
El objetivo de la OMS es vacunar a todo el planeta según un orden de prioridad independiente de las nacionalidades, comenzando por el 20% de las personas más vulnerables de cada país, incluido el personal médico, antes de pasar al resto de personas.
“Entiendo por qué lo hacen, pero es desafortunado que los gobiernos compren más vacunas de las necesarias para estas vacunaciones prioritarias”, explicó el directivo de Cepi.
Sin embargo, la campaña de COVAX que ha sido firmada por 172 países puede negociar buenos precios y una buena cantidad de vacunas con las compañías farmacéuticas.
Sin embargo, la capacidad de producción y sus compromisos directos con otros países también es un punto de preocupación ante el coronavirus.
“Esta es una de las razones por las que estamos pidiendo a los países que confirmen su compromiso con el dispositivo. Cuanto mayor sea el número de países que negocian juntos, mayor será nuestro poder adquisitivo y más atractivo será el precio”, manifestó Hatchett.
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