El Gobierno del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha ratificado que la aplicación de la vacuna contra el nuevo coronavirus no será obligatoria en el país.
Este anuncio se conoce en momentos en que Brasil es el segundo país más afectado en el número de muertes y contagios por la pandemia del COVID-19 en el mundo, superado solo por Estados Unidos.
Precisamente, Bolsonaro ha ratificado esta postura al asegurar que “nadie puede obligar a nadie a tomar una vacuna”, en respuesta a un grupo partidario antivacunas que lo abordó y le pidió que detuviera el “negocio” que supuestamente se estaría realizando con esta solución frente al COVID-19.
Por su parte, la Secretaría de Comunicación señaló que el Gobierno invertirá en la producción de la vacuna contra el coronavirus, pero “imponer obligaciones definitivamente no está en los planes”.
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El presidente Jair Bolsonaro ha sido uno de los lideres mundiales más escépticos al coronavirus al restarle importancia a su gravedad calificándolo como una “gripita”.
Además, desde un principio rechazó las cuarentenas aplicadas en los estados brasileños al considerar que generaban un mayor impacto que la misma pandemia.
Asimismo, incumplió en varias oportunidades las directrices y no respetó los protocolos de distanciamiento físico y el uso del tapabocas
Sin embargo, el mandatario se contagió del coronavirus a principios de julio y tuvo que aislarse y cumplir una cuarentena durante varios días.
El Gobierno de Brasil ha invertido en los últimos meses millones de dólares para garantizar la adquisición de 100 millones de dosis de la vacuna candidata de la Universidad de Oxford contra el nuevo coronavirus y su eventual producción en Brasil.
Paralelamente, el Gobierno de Sao Paulo, el estado más rico y poblado de Brasil con 46 millones de habitantes, cerró un acuerdo con el laboratorio chino Sinovac para la importación y producción de su vacuna.
Precisamente, Brasil se ha convertido en un referente de ensayos clínicos contra el COVID-19 a nivel mundial ya que en su territorio se vienen probado al menos 4 vacunas debido a la alta cifra de contagios, así como por su capacidad científica, regulatoria y de evaluación clínica.
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