Si estás buscando restaurar la vitalidad de tu piel y mantener el rostro suave, terso y fresco, usa la mascarilla de leche. Este tratamiento facial le permitirá a tu cara actuar contra las agresiones externas y evitará que luzcas un cutis maltratado.
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La leche funciona como hidratante cutáneo y está presente en productos de belleza
La mascarilla de leche además de exfoliar el rostro a profundidad, también cumple un efecto antiinflamatorio y antibacteriano. Esto significa que te ayudará a evitar que se acumulen células muertas, y te devolverá la frescura que mereces para lograr un aspecto más joven.
Todo esto es posible gracias a la leche, pues este producto contiene proteínas y ácido láctico. Ambos permiten hidratar, tratar las manchas y cuidar la piel del rostro en grandes proporciones y de forma natural. De hecho, esta es la razón por la que es un líquido muy utilizado en jabones, suavizantes, geles y cremas.
¿Qué necesitas para preparar la mascarilla de la leche?
– 1 chorrito de leche de vaca.
– 1 cucharada de azúcar fina.
– Jugo de ½ limón.
– 3 cucharadas de agua.
Preparación de la mascarilla de leche
– Primero, mezcla el jugo de limón con la leche y el agua.
– Cuando observes que los ingredientes están bien mezclados, añade el azúcar.
– Vuelve a revolver la mascarilla de leche y cuando obtengas una masa homogénea colócala sobre el rostro.
¿Cómo se aplica?
– Con la yema de los dedos o un algodón coloca la mascarilla de leche sobre toda la cara, o en las zonas que necesiten de mayor cuidado.
– Luego, realiza masajes circulares muy suaves y sin tirar la piel.
– Espera que actúe por un tiempo estimado de 15 minutos, y retira con abundante agua fría.
¿Cuántas veces puedo usarla?
La mascarilla de leche es un tratamiento facial que puedes usar al menos 2 veces a la semana. De todos modos, en caso de dudas, consulta con tu especialista de confianza.
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