Las cascadas son consideradas como cuerpos de agua majestuosos creados por ríos, arroyos, escorrentías superficiales, tormentas y hielo derretido, sin embargo, estos pueden representar una barrera ambiental sustancial para varias especies de aves pequeñas, mientras que otras, como los colibríes, deben ingeniárselas para lograrlas atravesar.
Un grupo de científicos se dio en la tarea de descubrir la biomecánica detrás de la capacidad de los colibríes Ana (Calypte anna) para atravesar cascadas de agua. Así lo publicaron en una reciente investigación publicada en The Royal Society.
Según el estudio, para analizar la manera en que los colibríes logran atravesar los cuerpos de agua, los investigadores grabaron a cuatro Calypte Ana que pudieron penetrar una cascada artificial de 3 milímetros de grosor, creada en una cámara de vuelo de 54 litros y equipada con un alimentador de néctar en un lado y una percha en el otro.
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“Se creó una cascada de cortina utilizando un chorro de agua que fluía desde una tubería y luego pasaba por una hoja difusora de plástico colocada en la parte superior de una cámara de vuelo acrílica. Los colibríes fueron entrenados durante varios días para alimentarse voluntariamente de un alimentador de néctar colocado en un lado de la cámara de vuelo, con la cascada apagada”, detalló la investigación.
Posteriormente, colocaron uno de los colibríes dentro de la cámara y de manera intermitente fueron girándola, de modo que el colibrí tuviera que pasar a través de la cascada de agua para regresar a la percha después de alimentarse.
El análisis de las imágenes demostró que los colibríes habían logrado atravesar la cascada de agua en menos de 100 milisegundos. Asimismo, los científicos descubrieron que tres de los cuatro colibríes habrían utilizado una de sus alas para romper el flujo del agua, abriendo una ventana a través de ella, mientras que la otra ala permaneció libre para generar el empuje necesario para atravesarla.
“Estos flujos cuya dinámica se rige por la gravedad y la tensión superficial, acumulan energía cinética a medida que se aceleran hacia abajo y también se rompen gradualmente en gotitas al caer. Estos flujos probablemente representan una barrera ambiental sustancial para los taxones volátiles más pequeños. (…) Los pequeños animales voladores, como los colibríes y los insectos, parecen evitar las cascadas y tienden a no cruzarlas”, señaló el estudio.
Sin embargo, los colibríes parecen ingeniárselas para lograr penetrar en cascadas de agua. Según la investigación, los colibríes y los mosquitos pueden compensar fácilmente la humedad y las fuerzas de impacto producidas por una lluvia intensa.
Los resultados del estudio demuestran que el movimiento a altas velocidades de la punta de las alas de los colibríes, estimadas en aproximadamente 9 metros por segundo, genera la fuerza necesaria para romper la tensión superficial de la lámina de agua y atravesarla.
Asimismo, los investigadores concluyeron que otro tipo de aves como los vencejos, estorninos y zambullidores, todos ellos mucho más pesados que los colibríes, pueden ser capaces de pasar a través de cuerpos de agua en movimiento simplemente por su mayor impulso.
“Pasar a través de una cascada plantea desafíos sustanciales para el control de vuelo, particularmente para animales pequeños. Los colibríes tuvieron éxito en esta tarea, pero los insectos de movimiento lento entraron y quedaron atrapados en el flujo de agua descendente”, publicaron en el estudio.
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